El ex presidente de Bolivia, Jorge “Tuto” Quiroga, confirmó este jueves que se presentará como candidato a las elecciones presidenciales que tendrán lugar en el país el próximo 3 de mayo.
En una publicación en sus redes sociales, Quiroga presentó su plan de gobierno y se mostró dispuesto a “conversar con todos los partidos y líderes que quieren asegurar que nuestra Bolivia consolide la recuperación de la democracia”. Además, aseguró que va a “participar en las elecciones sin caprichos ni imposiciones, con razones y propuestas”.
El anuncio llega un día después de que el ex mandatario renunciara a su puesto como delegado ante la comunidad internacional del gobierno interino, liderado por Jeanine Áñez desde que Evo Morales dejara su puesto en noviembre de 2019.
En una carta dirigida a Áñez y publicada en sus redes sociales, el funcionario designado el 3 de diciembre de 2019 indicó que el motivo de su decisión radica en la necesidad de evitar que sus “posiciones o acciones comprometan a su gobierno”.
En lo que pareció un mensaje anticipatorio, Áñez reaccionó al anuncio horas después y dijo que "él está con otras posibilidades, quiere otras cosas”.
De esta manera, Quiroga se suma a un creciente grupo de políticos bolivianos que han anunciado su intención de competir en los comicios de mayo. Entre ellos se cuentan los ex candidatos presidenciales Carlos Mesa -principal contendiente de Morales en los comicios fallidos de octubre- y Chi Hyun Chung, ambos detractores del MAS, han expresado su deseo de repetir en las urnas.
A ellos se ha sumado Luis Fernando Camacho, líder del Comité Cívico de Santa Cruz, quien el 31 de diciembre selló un acuerdo con Marco Pumari para que sea su compañero de fórmula. Por su parte, Añez propuso celebrar una “cumbre de líderes políticos” para formar un frente común contra el MAS.
De las elecciones no podrán participar el ex presidente boliviano, Evo Morales, ni su vice, Álvaro García Linera. Esto así debido a que la ley que llama a los nuevos comicios establece que no podrán competir quienes hayan ocupado el máximo cargo ejecutivo después de dos períodos consecutivos.
No obstante, sí estará presente en la boleta el partido que todavía lidera Morales, el Movimiento Al Socialismo (MAS). El pasado 31 de diciembre el TSE desestimó los pedidos para cancelar la personalidad jurídica del partido, basados en las acusaciones de fraude en las elecciones del pasado 20 de octubre.
Morales, exiliado con estatus de refugiado político en Argentina desde el 12 de diciembre de 2019, oficia como jefe de campaña del partido e indicó que el 19 de enero se llevará a cabo una cumbre con líderes del partido para elegir a la fórmula presidencial.
Entre los candidatos mencionados se menciona a Andrónico Rodríguez, un joven líder campesino de los productores de coca. Asimismo aparece Adriana Salvatierra, ex presidenta del Senado. El listado lo completan Luis Arce, ex ministro de Economía, que el viernes salió exiliado a México; el excanciller David Choquehuanca y el exministro de Justicia Héctor Arce.
Los nuevos comicios están destinados a zanjar la crisis política desatada luego de las elecciones en las que un la OEA determinó hubo una “manipulación dolosa” de los votos.
El pasado 10 de noviembre el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, había pedido la anulación de las elecciones tras difundir los resultados preliminares de ese informe, realizado por auditores encargados de valorar la calidad democrática del proceso. Al igual que el reporte final, el organismo había determinado la existencia de “irregularidades muy graves” en el proceso.
La declaración de la OEA elevó los niveles de agitación existente en la sociedad boliviana desde el día de las elecciones, marcado por denuncias de fraude contra el entonces presidente. Poco después de la publicación, el todavía presidente Morales anunció nuevas elecciones y la conformación de un nuevo TSE.
Sin embargo, la decisión no logró calmar las tensiones. Y horas después, el comandante general de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, y el de la Policía Nacional, Vladimir Calderón, le solicitaron al jefe de Estado que dimitiera para desactivar un escenario crecientemente convulsionado, cosa que Morales hizo ese mismo día.
Más de 30 personas murieron en los enfrentamientos entre simpatizantes y detractores de Morales y con las fuerzas de seguridad durante los días y semanas que siguieron a los comicios.
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