Mientras China intensifica las medidas para controlar la transmisión del coronavirus de Wuhan, que ha causado la muerte de 56 personas e infectado a más de 2.000 en este país, se va conociendo algo más sobre la naturaleza del patógeno. Las malas noticias: la capacidad de contagio del virus parece hacerse más fuerte, según ha apuntado el ministro de Sanidad, Ma Xiaowei, por lo que el número de afectados seguirá creciendo de momento. Las buenas noticias: hasta el momento los científicos chinos no han detectado indicios claros de mutación (aunque no lo descartan en el futuro). Y han comenzado ya a desarrollar una vacuna.
En una abarrotada rueda de prensa en el centro de Pekín, en la que la inmensa mayoría de los periodistas se cubrían con mascarillas protectoras, el ministro reconoció que lo que sabe del nuevo coronavirus 2019-nCoV es aún muy limitado. A diferencia del virus causante del SARS, con el que está emparentado, sí puede contagiar durante el periodo de incubación —de uno a 14 días—, durante el que el portador aún no presenta síntomas. Otra diferencia con respecto a aquella epidemia de 2003 que dejó casi 800 muertos en todo el mundo: entonces, la infección tardó entre tres o cuatro meses en convertirse en epidemia. Esta vez solo ha necesitado un mes. “Los seres humanos nos adaptamos a los virus y enfermamos menos. Ellos también se adaptan a nosotros”, apuntaba el director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades, Fu Gao, también presente en la convocatoria.
Hasta el momento, el virus se ha extendido a 11 países en cuatro continentes: Estados Unidos, Canadá, Francia, Nepal, Corea del Sur, Japón, Taiwán, Tailandia, Malasia, Singapur y Vietnam, que suman más de una treintena de casos. Tokio anunció este domingo que había detectado un nuevo caso, el cuarto en su territorio.
Dado que el brote no se encuentra aún bajo control, China continuará reforzando y ajustando sus medidas de control contra la epidemia, indicó el ministro, un día después de que el presidente chino, Xi Jinping, tomara las riendas de la crisis y diera órdenes de no reparar en costes para resolverla. Un área clave será la cancelación de actos multitudinarios y los límites al transporte. Esta última es especialmente importante: a partir de esta semana comenzará la oleada de viajes de regreso tras las vacaciones por el Año Nuevo lunar, que pueden alcanzar los 400 millones de desplazamientos y contribuir a la expansión del virus.
Shantou, una ciudad costera de cinco millones de habitantes y a 1.100 kilómetros de Wuhan, anunció este domingo que cerraría también sus accesos para protegerse del virus, la primera ciudad en entrar en cuarentena fuera de la zona cero de la epidemia. Pocas horas más tarde, sin embargo, echaba marcha atrás e indicaba que se limitaría a controlar y desinfectar los vehículos y personas que entraran en su demarcación.
Varias grandes municipalidades, entre ellas Pekín y Shanghái, han anunciado ya que los centros de enseñanza prorrogarán al menos dos semanas las vacaciones escolares. La capital y urbes como la turística Xi’an, o la provincia entera de Shandong, han suspendido sus servicios de autobús de larga distancia. En la medida de lo posible, se recomienda evitar los desplazamientos; las compañías de transporte devolverán el coste de los billetes sin penalización alguna. En las estaciones de tren, intercambiadores y aeropuertos se instalarán medidores de temperatura y zonas de observación para posibles casos sospechosos.
Sumadas a los bloqueos por cuarentena de una quincena de ciudades en Hubei, incluida Wuhan, el epicentro de la infección, estas medidas han reducido los viajes en un 28,8% con respecto a temporadas previas de Año Nuevo, según ha revelado el ministro de Transportes.
Además de limitar los desplazamientos y cerrar el área más afectada, parte de los esfuerzos se dedicarán también al tratamiento de los contagiados. Wuhan, donde se concentran la mayoría de los enfermos y que ha reconocido públicamente la escasez de material médico protector, recibirá refuerzos de todo tipo. Ya ha aumentado en 2.300 sus camas hospitalarias, y se espera que en los próximos días pueda contar con otras 5.000 más. En las últimas 24 horas han llegado más de 2.000 profesionales sanitarios del resto de las 30 provincias chinas. También se han enviado más de tres millones de mascarillas.
Uno de los grandes problemas, según admitió el ministro, es la escasez de trajes protectores. Cada día Wuhan, de 11 millones de habitantes, necesita 10.000, y ahora mismo, debido a las fiestas de Año Nuevo, las fábricas solo están produciendo al 40% de su capacidad. Para poder completar el número necesario, ha señalado Ma, se recurrirá a las reservas del Gobierno central y las provincias, y se contactará con el extranjero para recibir del exterior el cupo que falte.
Las autoridades intentan también localizar a cualquier residente de Wuhan que haya salido de la ciudad en las últimas dos semanas. Quienes se encuentren en esa situación deben acudir a los centros médicos más próximos para un examen físico, y mantener una cuarentena domiciliaria de 14 días.
Los Gobiernos de varios países han anunciado su intención de evacuar a sus ciudadanos de Wuhan y otras ciudades en cuarentena. Estados Unidos planea fletar el martes un avión para trasladar de regreso a su territorio a 230 diplomáticos y otros ciudadanos. Corea del Sur, Rusia y Francia —esta última, en autobús— también han indicado que se encuentran en negociaciones con las autoridades chinas para la salida de sus nacionales. A ellos se ha sumado este domingo Japón, que cuenta con 700 compatriotas en la zona.
Con coronavirus, ni te cases ni te embarques
El coronavirus de Wuhan no solo ha afectado a los desplazamientos de los ciudadanos chinos. También lo ha hecho a sus bodas. Varias ciudades, entre ellas Shanghái y Xi'an, han anunciado que cancelarán las ceremonias de matrimonios que tenían previstas en sus registros civiles para el 2 de febrero. Esa fecha, escrita como 2020-02-02 según la convención china, estaba considerada especialmente propicia por la "simetría perfecta" de sus cifras. Ayudaba también a su popularidad el hecho de caer en domingo.
Inicialmente, el Registro Civil de Shanghái había previsto extender su horario habitual ese día para satisfacer la demanda de ceremonias. Pero el sábado anunció que cancelaría esas citas para evitar el riesgo de contagios. También apeló a los novios a evitar, por lo menos de momento, San Valentín y otras fechas populares en el horizonte.
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