5, 28, 62, 65, 70 y, como complementario, el 5. Estos números no se le olvidarán en la vida a la persona que hoy se ha despertado con 1600 millones de dólares más en su cuenta corriente. Unos 1400 millones de euros. Para los que a día de hoy aún piensan en pesetas, la friolera de 232.940.400.000. Más de doscientos treinta mil millones de pesetas. Demasiados ceros.
El o la afortunada hizo su apuesta en Carolina del Sur, al sureste de Estados Unidos. Ahora, tendrá dos posibilidades: recibir la cantidad íntegra pero repartida a lo largo de 29 años, o hacerse ya mismo con algo más de la mitad, exactamente 913 millones de dólares, mientras el resto sería destinado a impuestos.
Para conseguir este premio, el o la acertante tuvo que elegir cinco números entre el 1 y el 70 y, además, acertar la megabola, una especie de número complementario, que sale de entre el 1 y el 25. De hecho, 34 personas dieron con los cinco números de la combinación ganadora, pero sólo 1 de ellos eligió el 5 como megabola. Ése es quien se ha hecho con el multimillonario bote.
Las cifras de esta edición son tremendas: los administradores de la lotería Mega Millions esperaban haber vendido el 75% de las posibles combinaciones, que son 302 millones. Eso significa que se han despachado unos 225 millones de boletos, lo que hace un total de 450 millones de dólares de ingresos, a 2 euros por apuesta. Un gran negocio para el fisco norteamericano.
Este es el mayor premio en la historia de la lotería en todo el mundo, rebasando el récord anterior de 1.586 millones de dólares. Fue en el sorteo de la lotería Powerball celebrado en junio de 2016, también en Estados Unidos. Mientras, el récord previo de los megamillones databa de marzo de 2012 con 656 millones de dólares.
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