La vida de Maradona vuelve a convulsionarse. El estado de salud de Diego Armando (57 años) encendió de rojo los semáforos. El actual entrenador del Dorados de Sinaloa (de la segunda mexicana) camina a duras penas, ayudado por muletas. Sus rodillas se han quedado sin cartílagos, lo que le produce un dolor intenso. Su relación con Messi, al que tildó de faltarle personalidad para ser líder, quedó en el congelador. Y los lazos con sus hijas se cortaron. La vida de D10s arde más allá del desierto mexicano.
Ayudado por Isla (aquel portero argentino que tuvo el Logroñés), ayudante en el Dorados, y por una muleta, Diego Maradona se retiró a los vestuarios con una sonrisa forzada. Parecía que tenía punzones ardiendo en las rodillas, pero por nada del mundo quería perderse la celebración de una nueva victoria de su equipo, esta vez frente al Mineros de Zacatecas (3-2). El colombiano Germán Ochoa, su cirujano, uno de los mejores especialistas de América en traumatología y ortopedia, le trata desde hace más de un lustro. El doctor Ochoa está preocupado por el grave deterioro de las rodillas del exfutbolista: “Diego sufre una severa erosión en las rodillas, que destruyó sus cartílagos. Esto hace que los huesos choquen entre sí; el fémur con la tibia y el peroné, lo que le provoca mucho dolor e inflamación”.
Según una entrevista en el portal 'Toda Pasión', como tratamiento de choque, el cirujano (que revisó a Maradona antes de que este viajara a México) recomienda realizarle “un bloqueo de los nervios geniculares”, que transmiten las sensaciones al cerebro, para eliminar el dolor. “Pero no es una solución definitiva, solo elimina el dolor por un tiempo”, señaló.
Sobre el riesgo de no poder andar más, el doctor Ochoa aclaró: “Su problema tiene solución, dados los avances de la tecnología. Tendría que implantarse prótesis”.
Problemas con sus hijas y su exmujer
El calvario de Diego Maradona no es solo físico. Se casó su hija mayor, Dalma, una de sus pasiones, pero D10s no estuvo presente en su boda. La hija no invitó a Rocío Oliva, la actual mujer del astro. Y Diego se puso furioso. Declaró a 'Diario Popular': “Mi mujer es Rocío y si ella no está invitada, yo no voy”.
El culebrón familiar viene de lejos y tiene su raíz en el dinero, con Claudia Villafañe en el centro de la ira de Maradona, que acusa a su ex mujer de haberle robado. En el litigio paterno (que está en los tribunales) Dalma y Gianina, las hijas, se han puesto del lado de la madre. Y Maradona dispara con balas de verdad. El abogado Matías Morla defiende como un doberman furioso los intereses de Maradona y este respalda cada paso que da el letrado.
El viento y la ira se azuzan cuando le hablan a Diego de Claudia. Ya muy lejos quedó la historia de una pareja casi adolescente que aterrizó en Barcelona a principio de los ochenta dándose arrumacos o aquella boda principesca en el mítico Luna Park. Ahora solo queda rencor y veneno: “Claudia dice que yo soy poco hombre, bueno, lo que debería hacer Claudia es dejar de hablar de mi persona y devolverme lo que me robó. No entiendo cómo puede hablar de una persona cuando está imputada por desvalijar mi patrimonio, yo no me olvido que mientras yo me moría, mientras mis hermanas me lloraban, ella compraba departamentos (pisos). Mientras yo estaba al borde de la muerte en Punta del Este, ella compraba departamentos en Miami. Eso está probado".
Para cerrar el círculo infernal, Messi. La cadena 'Fox Argentina' organizó una tertulia en las previas de un partido que jugaba Dorados de Sinaloa, con Diego Maradona como invitado estrella. Uno de los contertulios le lanzó la caña y D10s se lanzó con todo: “Es inútil querer endiosar a un jugador (Messi), que va veinte veces al baño antes de un partido”. Ya no pudo dar marcha atrás. A los pocos días, visto la polvareda que se formó, Diego frenó: “Quise decir que no lo volvieran más loco. A Leo le echan la culpa de todo en Argentina: se nos cae el agua acá y es culpa de Messi. Es mentira que Leo sea mejor o peor con una copa del Mundo, yo no lo creo. Lo que le interesa a Messi es la pelota. Y de ahí, para adelante”. En medio de la tormenta, en la casa barcelonesa de Leo Messi, silencio. Y existen silencios que matan.
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