Un mes después, el Real Madrid se reencontró con la victoria. El equipo de Julen Lopetegui cumplió el expediente, pero no disipó dudas. Si acaso, confirmó su dificultad para llegar al gol y sus problemas defensivos ante un rival muy débil, que arrancó algunos pitos de la grada y sólo se fue sin marcar por su falta de calidad en los últimos metros.
El Real Madrid salió eso sí muy enchufado. A los cuatro minutos, Sergio Ramos ya había rematado al palo. Los blancos dominaban pero, con todo, a los 10 minutos Petrzela asustó al Bernabéu con una carrera a la espalda de Lucas Vázquez, improvisado lateral. Acto seguido, el propio Vázquez sacó un gran centro tenso al área para Benzema, que atacó el balón de cabeza y firmó el 1-0.
Tras el gol siguió el dominio blanco, aunque cada vez menos autoritario. A la media hora, volvieron a asustar los checos. De nuevo por la banda de Lucas Vázquez. Limbersky se plantó ante Keylor Navas y trató de superarle con un disparo pésimo. Como sucedió en la primera ocasión, el Real Madrid devolvió el golpe de inmediato, aunque esta vez Benzema no culminó su buena jugada y trató de resolver él mismo en lugar de ver cómo Bale llegaba libre para empujar.
La ventaja no tranquilizaba a la grada. Por si fuera poco, Isco perdonó el 2-0 tras un error garrafal del portero Hruska, que le regaló el balón en la frontal del área. El globo del malagueño se marchó fuera. El Bernabéu se empezó a impacientar de verdad cuando Petrzela perdonó un gol aún más increíble, justo antes del descanso. Marcelo perdió un balón en mediocampo, el Viktoria lanzó la contra y Petrzela, solo ante Keylor, no midió el bote del balón y la mandó a las nubes.
Los pitos reaparecieron al comienzo de la segunda parte, tras una buena llegada de Krmencik. Lopetegui sorprendió dando entrada a Valverde en lugar de Isco. Nada más salir, el uruguayo participó en la jugada del 2-0, en la que encontró a Bale y este, de tacón, vio la subida de Marcelo, que definió con su habitual frialdad de delantero centro.
El Viktoria Plzen dejó de inquietar a Keylor Navas y el partido parecía muerto. Sin embargo, el Madrid volvió a demostrar su falta de pegada y, en el minuto 78, su endeblez defensiva, cuando Hrosovsky avanzó a sus anchas y sacó un disparo ajustado al palo de Keylor Navas. Un cuarto de hora final de incertidumbre en el que, para colmo, Marcelo se retiró lesionado... a cinco días del partido del Camp Nou.
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