Esta semana, el libro póstumo de Stephen Hawking, Breves respuestas a las grandes preguntas, sale a la venta en varios países. En este trabajo final, el astrofísico se preocupa por el planeta y el porvenir de la humanidad, amenazada por los Superhumanos
El científico británico Stephen Hawking, que dedicó su vida a desentrañar los misterios del Universo, empezó a escribir Breves respuestas a las grandes preguntas (Brief Answers to the Big Questions) antes de fallecer, pero no pudo terminarlo. Después de su muerte, el pasado 14 de marzo de 2018 con 76 años, su familia y sus colegas decidieron completar su trabajo con material extraído de su vasto archivo personal.
"Hay una serie de preguntas que se le hacían regularmente", explicó su hija Lucy Hawking durante la presentación del libro en el Museo de Ciencias de Londres este 15 de octubre. El libro fue el intento de "reunir las respuestas más definitivas, claras y auténticas que dio".
Hawking, que estaba en silla de ruedas debido a una enfermedad degenerativa de las neuronas motoras, fue impulsado al estrellato por su libro de 1988, Una breve historia del tiempo. Se ganó así a innumerables seguidores más allá del mundo de la astrofísica, lo que llevó a muchas personas a preguntarle sus opiniones sobre temas más amplios.
Preocupación por los nacionalismos y los Superhumanos
Según Lucy Hawking, su padre quiso dar un mensaje con Breves respuestas a las grandes preguntas, llamando a la unidad de la humanidad para encontrar soluciones a los retos del mundo. El científico, dijo, estaba "preocupado" por el Brexit y los nacionalismos, porque "cuando los retos globales requieren una mayor unión y cooperación", la gente está adoptando un pensamiento "cada vez más local, fragmentado y dividido".
El fin del libro refleja las angustias de Hawking. El astrofísico, conocido por su sentido del humor, había públicamente manifestado su preocupación en los últimos años sobre la sostenibilidad de la aventura humana, amenazada por la degradación de la biosfera, el calentamiento global y la aparición de una inteligencia artificial superior que el ser humano no supiera controlar. Abogaba por la huida de la especie hacia el espacio y otros planetas, gracias a la construcción de grandes naves.
Otro gran miedo de Stephen Hawking eran los Superhumanos, que serían individuos con poder y dinero, capaces de modificar su ADN para refinar su código genético. "Estoy seguro de que durante este siglo la gente descubrirá cómo modificar tanto la inteligencia como sus instintos, la agresividad por ejemplo", escribe Hawking.
Aunque se aprueben leyes contra la ingeniería genética con humanos, "algunas personas no podrán resistir la tentación de mejorar sus características humanas, como la memoria, la resistencia a las enfermedades y su expectativa de vida", prosigue.
"Una vez que aparezcan tales Superhumanos, surgirán problemas políticos importantes con las personas no mejoradas, que no podrán competir con ellos. (…) Presumiblemente, morirán o dejarán de ser importantes", creándose así una nueva suerte de desigualdad social.
Un irremediable optimista
En el libro, Stephen Hawking habla con una gran sinceridad: "Viví cosas extraordinarias en este planeta, y al mismo tiempo viajé por el Universo vía el pensamiento, gracias a mi cerebro y a las leyes de la física. Alcancé los confines de la Galaxia, me zambullí en un agujero negro y volví al origen del tiempo. En la Tierra, tuve altibajos, momentos tranquilos y otros agitados, conocí el éxito y el sufrimiento. Fui rico y pobre, en buena salud y discapacitado. Me elogiaron y criticaron, pero jamás me ignoraron. Mi mayor privilegio fue contribuir a nuestra comprensión del Universo".
Lucy Hawking, respaldada por su hermano Timothy, aseguró en la presentación que el físico, a pesar de estar preocupado, era "optimista sobre el futuro" porque creía "firmemente" en el ser humano y en "su habilidad para utilizar su inteligencia" con el fin de desarrollar "las herramientas para resolver los problemas".
Prueba de ello son estas últimas palabras: "Sean curiosos. En toda circunstancia, siempre hay algo por hacer, por lograr. Nunca abandonen. Confíen en su imaginación. Construyan el futuro".
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