Por Sarah Marsh y Nelson Acosta
LA HABANA, 16 abr (Reuters) - El Partido Comunista de Cuba inauguró el viernes un histórico Congreso de cuatro días que verá salir del escenario político al último de los hermanos Castro, tras seis décadas de gobierno encabezado por Fidel y Raúl luego de la revolución izquierdista de 1959.
Raúl Castro, de 89 años, ha señalado que dejará el cargo de primer secretario del Partido Comunista, la posición más poderosa de Cuba, en un Congreso que se organiza cada cinco años para revisar las políticas y nombrar a sus líderes.
La reunión de cientos de delegados se efectúa mientras Cuba enfrenta la peor crisis económica desde el colapso de la Unión Soviética y en medio de una frustración, especialmente entre los más jóvenes. Un tuit del Partido mostró a delegados aplaudiendo de pie a Castro, de uniforme verde oliva, a su llegada al centro de convenciones de La Habana.
"Mi generación no quiere seguir el camino aburrido de mis padres. No pienso que salir del país sea una solución", dijo Guillermo Estrada, de 31 años. "Quisiera un mejor futuro sin tantas ataduras internas ni externas", sostuvo en alusión al embargo de Estados Unidos.
Las nuevas sanciones de Estados Unidos y la pandemia han exacerbado la crisis de liquidez en una frágil economía de planificación centralizada, que ya estaba pasando apuros tras el recorte de la ayuda de su aliado, Venezuela.
Eso ha provocado escasez incluso de productos básicos. Muchos cubanos pasan horas en filas a pesar de que el país enfrenta su peor brote de COVID desde el inicio de la pandemia.
Una revisión monetaria este año hizo que la inflación se multiplicara por cuatro o cinco, según economistas.
La Habana ha dolarizado gran parte de la economía, dejando a quienes no reciben remesas del extranjero o que no obtienen divisas del turismo luchando por sobrevivir.
"El Congreso del Partido se desarrolla en una de las situaciones más complejas que ha tenido la Revolución", dijo a Reuters el economista cubano Omar Everleny.
Las reformas que emprendió Raúl Castro tras heredar la dirección del Partido de Fidel en 2008, en particular la expansión de internet en la isla, han abierto la sociedad.
En un discurso en la apertura, Castro señaló "la necesidad de provocar un estremecimiento que despierte la inercia, la falta de iniciativas, así como modificar viejos y malos hábitos en cuadros de dirección", en alusión a la frágil economía local, según reportó la emisora estatal Radio Reloj.
Los cubanos han expresado cada vez más críticas en las redes sociales, mientras que los medios no estatales en línea desafían el monopolio estatal de los medios de comunicación. Las protestas, aunque inusuales, dado el estricto control de espacios públicos, están surgiendo a pequeña escala.
"No solo se puede controlar con represión, se necesita prosperidad y esperanza", dijo Luis Manuel Otero, de 33 años, un artista disidente convertido en una cara visible de la fragmentada oposición.
Díaz-Canel, quien reemplazó en la presidencia a Castro en 2018, ha calificado la reunión del Partido como "el congreso de la continuidad". Sin embargo, tendrá que demostrar sus resultados en términos de mejorar la economía para mantener el apoyo popular, según analistas.
Expertos cubanos analizarán los nuevos nombramientos para evaluar si Díaz-Canel tendrá respaldo para acelerar las reformas, entre ellas, la descentralización, autonomía para empresas estatales, reducción de la burocracia para empresas privadas que han sugerido los economistas.
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