El presidente estadounidense Joe Biden anunció este jueves una serie de acciones ejecutivas destinadas al control de armas y a atacar la violencia en todo el país. Las órdenes endurecen las regulaciones sobre las armas caseras y brindan más recursos para la prevención de la violencia, pero no abarcan la amplia agenda de control que prometió en la campaña electoral. El anuncio demuestra también las limitaciones del Ejecutivo para hacer restricciones más verticales en esta materia.
Como una “epidemia y una vergüenza internacional”, calificó el presidente Joe Biden la violencia armada que por décadas ha dejado a su país como protagonista de tiroteos y masacres a lo largo de su territorio. "Estamos absolutamente decididos a hacer un cambio", afirmó el mandatario este 8 de abril en su primer anuncio sobre regulación de armas, una de sus principales banderas de campaña.
Entre las nuevas medidas está la orden al Departamento de Justicia para que emita regulaciones sobre las llamadas “armas fantasma”, artefactos autoensamblados a partir de varias piezas y que carecen de números de serie para rastrearlos. Actualmente en Estados Unidos es legal fabricar armas caseras y no existe un requisito federal para una verificación de antecedentes.
Además, el presidente aseguró que le pedirá a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos que publique un informe anual sobre el tráfico de armas de fuego en este país.
Por otra parte, facilitará que los estados adopten leyes de "bandera roja" que señalen a las personas potencialmente peligrosas que poseen armas. También dijo que su Administración hará inversiones en programas de intervención contra la violencia comunitaria.
"Hoy estamos tomando medidas para enfrentar no solo la crisis de las armas, sino lo que en realidad es una crisis de salud pública", insistió el mandatario durante su intervención en los jardines de la Casa Blanca, frente a familiares de víctimas de la violencia armada.
Sin embargo, estas acciones ejecutivas no cumplen de forma integral con la amplia agenda de control que prometió durante su campaña a la Presidencia, lo que demuestra las limitaciones del Ejecutivo para declarar por cuenta propia un control de armas integral.
Biden reconoció que requiere el apoyo del Congreso para lograr otras normas como la reintroducción del veto a las armas de asalto, el levantamiento de una exención en las demandas contra los fabricantes de armas y la aprobación de una ley de bandera roja que abarque todo el territorio nacional. El mandatario insiste en que los legisladores deben considerar que este no es un asunto partidista.
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