Un vuelo de Condor Airlines, operado por Thomas Cook Airlines, tuvo que desviarse al Atlántico y aterrizar en Irlanda el pasado mes de febrero. La causa es que el piloto derramó café sobre el panel de control, provocando un grave problema de seguridad. En el avión, que había partido de Frankfurt, en Alemania, y se dirigía a Cancún viajaban un total de 337 personas.
El incidente tuvo lugar el pasado 6 de febrero, pero se ha conocido ahora tras el informe de la Subdivisión de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB) que recoge la BBC. Ahí se detallan algunos detalles de lo sucedido, como que los paneles de control de audio comenzaron a derretirse y salió mucho humo, lo que provocó que los pilotos tuvieran que usar máscaras de oxígeno.
El informe explica que el piloto principal estaba orientando al copiloto sobre el Océano Atlántico cuando se sirvió café. Según la AAIB, la bebida se sirvió en un vaso sin tapa, algo normal por la compañía que operaba el vuelo. El piloto dejó su café en la bandeja sobre la mesa, pero la taza se volcó.
No hubo heridos
El líquido cayó sobre el ordenador portátil del comandante, pero una pequeña cantidad se derramó sobre el panel de control principal. Ese panel, el ACP1, y el ACP2 del copiloto, comenzaron a calentarse y provocaron que se fundiera uno de sus botones. Después fallaron varios paneles, generando problemas en los sistemas de comunicación.
La compañía ha cambiado sus protocolos desde el incidente y todas las bebidas se sirven ahora con tapa
Los pilotos decidieron entonces cambiar su ruta y desviar el avión a Shannon, en Irlanda, para hacer un aterrizaje de emergencia. El aeropuerto irlandés llevó a cabo el procedimiento habitual y el avión pudo tomar tierra con sus 337 pasajeros a salvo y sin heridos.
El informe de la AAIB explica que, a partir de ese momento, el operador ha decidido cambiar su protocolo para garantizar que todos los vasos y tazas que se dan a los tripulantes de cabina tienen su correspondiente tapa..
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