La jefa del Gobierno autónomo de Hong Kong, Carrie Lam, ha anunciado la retirada definitiva del polémico proyecto de ley de extradición que desencadenó la actual ola de protestas en el territorio autónomo. La medida, que hubiera permitido
la entrega de sospechosos a países con los que la excolonia británica
carece de acuerdos y que hacía temer que abriera la puerta por primera
vez a la extradición a China, se encontraba suspendida, pero el desecharla por completo era una de las cinco exigencias que plantean los manifestantes.
Es
la primera vez que el Gobierno autónomo accede a alguna de las
exigencias de los manifestantes, un gesto concebido para intentar
rebajar las fuertes tensiones que vive el territorio autónomo, inmerso
en su mayor crisis política desde su regreso a la soberanía china en
1997. Pero el paso ya ha recibido críticas de los participantes en las protestas, que consideran que se queda corto y
que llega demasiado tarde. La retirada del proyecto de ley no era ya la
principal de sus demandas: ahora la principal exigencia es la creación
de una comisión independiente que investigue el comportamiento de la
Policía.
En su intervención grabada y emitida por televisión, Lam
dejó claro que no aceptará ninguna de las otras cuatro demandas. En
lugar de una comisión externa, insistió, será otro organismo interno, el
Consejo Independiente de Quejas sobre la Policía (IIPC, por sus siglas
en inglés), el que examine la respuesta de los agentes, con la ayuda de un "panel de expertos internacionales". Este organismo se verá reforzado con dos nuevos miembros más, anunció la ministra principal.
Tampoco se renunciará a presentar cargos contra los manifestantes detenidos ni se abrirá un proceso de reformas democráticas (eso
debe acometerse "en una atmósfera que conduzca al entendimiento y
confianza mutuos, y que no polarice aún más la sociedad", sostuvo). A la
quinta exigencia, su dimisión, ni la mencionó.
Sí anunció el
inicio de estudios independientes que se encargarán de examinar las
raíces del malestar social en Hong Kong y propondrá soluciones. También
aseguró que su gobierno mantendrá reuniones con todo tipo de sectores de
la sociedad para escuchar sus quejas y actuar sobre sus sugerencias.
"Después
de dos meses de tensiones sociales, es evidente para muchos que el
descontento va mucho más allá del proyecto de ley. Cubre cuestiones
políticas, económicas y sociales", sostuvo la jefa del gobierno
autónomo, que antes de que se emitiera su declaración se había reunido
con sus aliados políticos para informarles del paso. "Nuestra
principal prioridad ahora mismo es poner fin a la violencia, proteger el
estado de Derecho y restablecer el orden y la seguridad de la
sociedad", agregaba.
El anuncio de Lam llega apenas un día después de que Lam negara haber ofrecido su dimisión al Gobierno central en Pekín,
pese a que en una grabación difundida por Reuters se le oía hacer ese
comentario a empresarios hongkoneses y asegurar que su margen de
maniobra era “muy, muy, muy limitado”. Según declaraba la jefa del
Gobierno autónomo en esa conversación, para Pekín se trataba de un
asunto de soberanía y seguridad nacional, agravado por su guerra
comercial y tecnológica con Estados Unidos.
La jefa del Ejecutivo
autónomo había anunciado la suspensión del proyecto de ley el 15 de
junio, en la primera semana de manifestaciones. Aunque, según Lam, a
efectos prácticos, la suspensión equivalía a declarar el proyecto de ley
“muerto”, los participantes en las protestas alegaban que, a menos que
se retirase por completo, podría volver a tramitarse en cualquier
momento.
La retirada del proyecto de ley desató la euforia en la
Bolsa de Hong Kong, que registraba un salto de más del 3% después de que
comenzara a filtrarse que Lam daría ese paso. No está claro, sin
embargo, que la iniciativa vaya a imponer un cambio significativo en un conflicto cada vez más agrio y en el que la violencia es cada vez más elevada.
En
un comunicado, un grupo de manifestantes bajo el nombre "Guardianes de
Hong Kong" sostenía que "aunque el proyecto de ley se ha retirado por
fin formalmente, la lucha por la libertad de Hong Kong no ha acabado.
Las cinco demandas tienen que cumplirse, las cinco tienen la misma
importancia". El grupo, como otros similares, asegura que continuarán
las protestas: "la tragedia simplemente volverá a repetirse si el
sistema sigue como está. No vamos a rendirnos tras estos meses".
En
las redes sociales hongkonesas, uno de los mensajes más repetidos
mostraba a un soldado ucraniano, con el mensaje: "si aceptamos las
condiciones del gobierno, nuestros camaradas caídos nunca nos lo
perdonarían". Varios manifestantes interpretaban la medida de Lam como
un intento de crear divisiones entre los manifestantes y conseguir que
la opinión pública más moderada retire su apoyo a las protestas.
"Cuidado con dejarles dividir nuestras filas. Cuidado con darles excusas
para detenernos", escribía "Acólito del Templo" en Telegram.
El
fin de semana pasado tuvieron lugar algunos de los enfrentamientos más
enconados entre manifestantes y policía. Hay más de 1.100 personas
detenidas en las 13 semanas de protestas.
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