El Barcelona presentó el resultado de sus cuentas de la temporada anterior. Enrique Tombas y Óscar Grau defendieron la buena salud económica en el capítulo financiero. Todo es de color de rosas para ellos. El presupuesto de la próxima temporada de 1.047 millones es el más alto de cualquier club deportivo en el mundo; la entidad vuelve a dar beneficios un año más; la deuda de 217 millones, según la contabilidad del club, es perfectamente asumible y su ratio con el Ebidta está en los parámetros que se fijó la Directiva; y los créditos que tiene abiertos, por valor de algo más de 200 millones, son asumibles ya que están al 1,5% y el no tener que dar ninguna otra garantía "demuestra el buen estado financiero del club", según dijo Tombas.
Hay, sin embargo, un capítulo que puede llegar a ser preocupante. Ya en la temporada anterior, el club incluyó una partida en su presupuesto destinada a la venta de jugadores. Tanto Grau como Tombas defendieron la medida indicando que estos gastos ya deberían a ser tratados como ordinarios. Seguiremos vendiendo jugadores, pero siempre que "no triunfen en el Barcelona", recalcó Tombas.
La expectativas de ventas son elevadas. El club necesita ese dinero. Para la temporada anterior, se habían presupuestado 131 millones por este concepto. La cifra se tuvo que incrementar hasta los 145 porque sin este aumento de 14 millones el club habría arrojado números negativos, una dato que debe considerarse preocupante. Para la temporada que ya ha comenzado, se sube aun más esta cifra. Están presupuestados 172 millones, de los cuales ya se han cubierto aproximadamente unos 60 por las ventas de Malcom, Cucurella y la cesión de Coutinho. Pero quedan todavía más de 100 millones, una cifra enorme. En enero comenzarán las primeras salidas de jugadores.
El club tiene también que reducir la masa salarial. El gasto deportivo de la anterior campaña que incluye salarios más amortizaciones ha subido 32 millones respecto a las 17/18. El objetivo para esta es la reducción de este capítulo. Las previsiones es que descienda a 642 millones lo que supone un nuevo argumento para vender para entrar en los parámetros que recomienda la FIFA.
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