Una masacre silenciosa. Un derramamiento de sangre que se produce
cada día. Es la de las mujeres venezolanas migrantes y refugiadas que
fallecen en el extranjero. En este mapa
interactivo están recogidos más de 120 casos, la mayoría en los últimos
dos años y medio. Mujeres asesinadas cuando intentaban rehacerse una
vida, muertas por accidentes mientras recorrían la región en su proceso
migratorio, o que han visto en el suicidio la única salida a este drama
humanitario que parece no tener fin.
Ciertamente estamos ante una
emergencia con múltiples facetas como feminicidio, violencia sexual,
trata y esclavitud, violencia psicológica, prostitución y explotación
laboral, estereotipos hipersexualizados, discriminación y xenofobia.
No
es de extrañar entonces que el informe sobre Venezuela, de la Alta
Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle
Bachelet, incluyera un enfoque de género,
destacando particularmente las experiencias de mujeres y niñas. Sin
embargo, la situación real va más allá de una experiencia traumática; de
hecho, estamos en presencia de una masacre por goteo, cuyas aterradoras
cifras aumentan cada día.
En un fenómeno migratorio sin
precedentes en la región latinoamericana, que ya tiene carácter de éxodo
y que cuenta con más de cuatro millones de migrantes. Según cifras de
OIM y Acnur, el impacto de género y el destino de las mujeres migrantes y
refugiadas venezolanas se diluye y muchas veces se vuelve invisible.
Ya en febrero de este año, el reconocido periodista Fernando del Rincón realizó para CNN en español un reportaje sobre la prostitución de venezolanas en la frontera con Colombia, en Cúcuta, dando a conocer al mundo la oscura realidad que viven muchas mujeres en el extranjero.
Por otro lado, el 16 de julio 2019, el periódico venezolano El impulso,
reportaba las declaraciones de la asambleísta Manuela Bolívar Rivas
sobre el trágico número de mujeres venezolanas que han sido asesinadas
en el exterior. Bolívar Rivas, diputada de la Asamblea Nacional por el
estado Miranda con el partido Voluntad Popular, hacia específica
referencia a las mujeres víctimas de trata de personas y daba la
escalofriante cifra de 41 asesinatos. Declaraba: “Lo que hay
sobre este tema es un gran silencio, a las mujeres les quitan su
documentación para ingresarlas a redes de trata de personas, 41
venezolanas han resultado asesinadas en el extranjero por esta causa. El
2% de las venezolanas en el exterior de entre 15 y 49 años son
sobrevivientes de violencia sexual”.
Según la labor de investigación propuesta en este artículo, podemos
observar que a estas 41 mujeres señaladas por Manuela Bolívar Rivas se
añaden otras decenas de ciudadanas que han encontrado la muerte en
circunstancias violentas fuera de su país natal.
Colombia
pareciera ser el país más mortífero para ellas. Siguen Perú, México y
Ecuador en los primeros puestos de esta escalofriante clasificación.
Fuera de la región latinoamericana aparecen también EE UU, Canadá, Reino
Unido y España, demostrando que el fenómeno ha asumido un carácter
global. Si el feminicidio y la violencia contra las mujeres en
Latinoamérica es un hecho conocido y hasta cierto punto investigado,
aquí nos encontramos frente a un fenómeno que no ha sido todavía
analizado en su totalidad.
Como es de notar, estamos en presencia
de un cúmulo de ingredientes que generan una bomba explosiva que tiene
su fuente en el país de origen pero que detona en algún punto del
proceso migratorio, en un país de tránsito o de acogida, muchas veces
sin medios de subsistencia, sin el amparo de la familia y evidentemente,
sin ningún tipo de protección.
El camino de la justicia empieza
con el deber de la memoria y con el testimonio de quienes no callan
frente a una situación de opresión, desigualdad y abuso. Rendir visibles
las historias de estas mujeres, visibilizar el fenómeno en envergadura,
crear conciencia e impulsar a que los organismos pertinentes tomen
medidas adecuadas es lo que subyace a este proyecto.
Así funciona el mapa
En el mapa
se recogen los datos de las decenas de mujeres venezolanas migrantes y
refugiadas muertas en el extranjero por asesinato, accidente o suicidio.
Para
cada caso se señala (cuando es posible) nombres y apellidos, años de la
difunta, fecha de la muerte, foto y articulo de prensa de referencia.
Cada caso está colocado en la localidad donde ha acontecido los hechos,
representado por un símbolo que identifica la causa de la muerte.
Los
casos han sido recolectados a través de una minuciosa búsqueda de los
artículos de crónicas publicados por distintos periódicos locales,
nacionales e internacionales en internet y los datos y las fotos han
sido extrapolados de dichos artículos.
Los casos analizados se
colocan mayoritariamente en un espacio temporal de 2 años y medio, desde
2017 hasta mediado de 2019, aunque se registran casos a partir de 2012.
Diego Battistessa es docente e investigador del Instituto Universitario de Estudios Internacionales y Europeos “Francisco de Vitoria” – UC3M.
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