El comisario Iván Simonovis, un legendario preso político del chavismo, desapareció ayer de su arresto domiciliario en Caracas. Su casa, en el acomodado barrio de La Florida, fue cercada por una treintena de agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). María del Pilar Pertíñez, esposa del detenido, y su abogado, Joel García, denunciaron desconocer su paradero. “Queremos saber dónde está Simonovis, porque él está bajo la custodia del Estado. Ellos tienen que saber. Iván tiene un GPS en su tobillo, es imposible que no se sepa dónde está”, declaró su abogado.
Pero Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países, informó poco después de que se había tratado de una liberación. “Ha debido salir hace muchos años. Hoy está libre producto de ese proceso de Operación Libertad. Recibió un indulto no ejecutado el 30 de abril, pero hoy está en justa libertad”, aseguró el jefe de la Asamblea Nacional en conferencia de prensa.
Simonovis, de 59 años, fue condenado a tres décadas de cárcel por su presunta responsabilidad en las muertes producidas en abril de 2002, conocida como la Masacre de Puente Llaguno, durante el fallido golpe de Estado contra Hugo Chávez. Pero los defensores del policía insisten en que nunca se probó su culpabilidad y su arresto obedecía a una venganza política.
Su pena comenzó en noviembre de 2004. Simonovis, ex jefe de seguridad de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, fue detenido cuando iba a viajar a Estados Unidos. Desde ese momento, no volvió a las calles. Su familia denuncia que en la cárcel enfermó de osteoporosis y no recibía tratamiento médico. Hace cinco años, un tribunal concedió el arresto domiciliario al prisionero.
Simonovis tenía un grillete en un tobillo, además de estar custodiado por agentes del Sebin. Pertíñez dijo que lo amenazaron con regresar a la cárcel hace unos días. Su posible fuga supone un aumento de la tensión entre el Sebin y Nicolás Maduro. El 30 de abril, el opositor Leopoldo López fue liberado de su arresto domiciliario por agentes de la policía política. El dirigente, que apareció con Guaidó y varios militares sublevados, confirmó que contó con colaboración de los agentes.
Manuel Cristopher Figuera, entonces jefe del Sebin, había participado en la operación que perseguía quebrar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Tras huir del país, el militar declaró su malestar por la situación de Venezuela. “Creo y estoy seguro de que nos merecemos un mejor país y todos debemos trabajar para la reconstrucción y el reordenamiento del Estado. Por nuestros hijos, por nuestros nietos, por los que han de venir, por la patria y para siempre”, afirmó en una grabación.
0 comments:
Publicar un comentario