“Tenemos que salir a la calle todos los días para presionar. Solo la presión de la calle hará posible un cambio de Gobierno. Pero tengo miedo de unas elecciones anticipadas en esta coyuntura. Hay muchas posibilidades de que gane Jair Bolsonaro [el líder de la extrema derecha brasileña]”. Con estas palabras Martina, funcionaria pública de Río de Janeiro, resume el enésimo terremoto político que sacude Brasil en poco más de un año.
Las últimas 36 horas han sido muy intensas y ajetreadas, tras la revelación de una grabación que implica al presidente Michel Temer en un caso de corrupción que podría truncar su carrera política. Anoche miles de manifestantes se echaron a la calle en Río de Janeiro, São Paulo, Brasilia y en otras ciudades para pedir elecciones anticipadas. Bajo el lema ‘Fora Temer’ y ‘Directas ya’, muchos manifestantes recuperaron la misma consigna utilizada al final de la dictadura militar (1964-1985).
“Estamos jodidos por todos los lados. Solo hay hijos de puta de izquierda a derecha. Creo que la sociedad debería organizarse para lanzar a un candidato sin partido. Estoy muy cansado de todos estos cabrones”, asegura Paulo, un médico que anoche participó en las protestas de Río de Janeiro. Ha sido una manifestación inicialmente pacífica, en la que han participado tanto los defensores de Dilma Rousseff como personas que, sin apoyar al Partido de los Trabajadores, consideran su impeachment un golpe encubierto. Al cierre de esta edición, el cuerpo especial de la Policía Militar, el temido BOPE, estaba efectuando cargas en el centro de la ciudad, donde varias calles estaban cortadas por contenedores de basura incendiados.
El nuevo escándalo que ha indignado Brasil estalló en la noche del miércoles, cuando el diario O Globo reveló la existencia de una grabación en la que Temer habría intentado comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha. Es el autor intelectual del impeachment contra Dilma, encarcelado por corrupción desde el pasado mes de octubre.
En el audio, divulgado anoche por el principal periódico de Brasil, Temer mantiene una conversación con Joesley Batista, presidente de JSB, que es la mayor empresa cárnica del mundo. El empresario le cuenta cómo está consiguiendo obstruir la justicia para limitar la investigación del caso Lava Jato y que está pagando una suma mensual a Cunha para que mantenga la boca cerrada. Temer lo incentiva diciendo: “Tiene que mantener eso, ¿sabe?”.
Las grabaciones divulgadas por el diario O Globo también han dinamitado al senador Áecio Neves, que en 2014 perdió las elecciones frente a Rousseff por pocos puntos en una contienda electoral muy exacerbada. Neves está acusado de haber pedido un soborno a la empresa cárnica por valor de dos millones de reales (534.000 euros). Por esta razón ayer el Tribunal Supremo Federal determinó su alejamiento de su cargo en el Senado. Por su parte, el Fiscal General del Estado, Rodrigo Janot, ha pedido que el parlamentar sea encarcelado.
Como si fuese poco, su hermana y su primo han sido detenidos por la Policía Federal en Minas Gerais, el feudo electoral del senador caído en desgracia. En el audio difundido por la prensa incluso se escucha a Neves plantear un asesinado. Cunado el presidente de JSB le pregunta si recogerá el dinero personalmente o mandará a una persona de confianza, el senador responde: “Tiene que ser uno que podemos matar antes de hacer una delación”.
Hay que destacar que las grabaciones divulgadas por O Globo no provienen de escuchas telefónicas. Se trata de un polémico mecanismo llamado delación premiada, que permite a imputados en casos de corrupción colaborar con la justicia a cambio de una reducción de pena. Gracias a este mecanismo jurídico, empresarios y políticos se convierten en investigadores privados, que se sirven de dispositivos altamente tecnológicos para pillar in fraganti a sus antiguos aliados.
En este caso los directivos de la mayor procesadora de carne del mundo, implicados en el reciente escándalo Carne Fraca, han llevado a cabo una operación de espionaje en toda regla. Gracias a dispositivos ocultos en su ropa, han conseguido grabar a Temer y a Neves durante las negociación de sobornos y pillarlos con las manos en la masa. Toda la operación ha sido controlada por agentes de la Policía Federal, que han marcado el dinero entregado y han fotografiado todos los momentos de la operación.
De esta investigación proceden las imágenes que ayer publicaba en portada O Globo. En ellas se ve a Rodrigo Rocha Loures, el hombre de confianza de Temer, recibiendo una maleta llenas de billetes por valor de 500.000 reales. En otra situación la Policía ha filmado al primo de Neves, Frederico Pacheco de Medeiros, cuando recogía 1,5 millones de reales del total de dos millones de reales supuestamente solicitados por Neves a los dueños de JBS.
A pesar de toda la información que este periódico ha filtrado en las últimas horas, el presidente Temer ha optado por negar los hechos y aferrarse a su cadera. En una comparecencia ante la prensa realizada a las 16 horas de ayer, en la que se mostró tenso, Temer declaró que no dimitiría. “En el [Tribunal] Supremo mostraré que no tengo ningún envolvimiento con estos hechos. No renunciaré, sé lo que he hecho y conozco la corrección de mis actos. Exijo una investigación plena para el esclarecimiento al pueblo brasileño”, afirmó el presidente de Brasil. “No temo ninguna delación, no tengo nada que esconder”, agregó.
En una conversación con un conocido comentarista político de la TV Globo, Temer se mostró esperanzado después la divulgación de los audios. “Todos están pidiendo que resista. Voy a resistir. Si es necesario, haré otro pronunciamiento mañana. Voy a salir de esta crisis más rápido de lo que se piensa”, dijo al periodista Gerson Camarotti. Sin embargo, a partir de ayer Temer ha pasado a ser oficialmente investigado en la operación Lava Jato.
“Es lamentable lo que está haciendo Temer. No va a renunciar y nos va a obligar a pasar por otro proceso de impeachment, mientras nuestro país se va a pique”, señala Antonio, empleado en un banco. Por lo pronto, las últimas noticias de Brasil han creado un efecto mariposa en la comprometida economía del país tropical. Ayer la Bolsa de São Paulo cayó un 10,47% y las negociaciones tuvieron que ser suspendidas durante 30 minutos. Al cierre, se registró el peor resultado de los últimos nueve años. Al mismo tiempo, el dólar experimentó la mayor revalorización de los últimos 14 años.
Mientras los manifestantes piden en las calles de varias ciudades el cese de Temer y la convocatoria de elecciones anticipadas, juristas y politólogos analizan los posibles escenarios tras este nuevo escándalo de corrupción. Descartada la improbable renuncia Temer, queda la posibilidad de la destitución o de un segundo impeachment, tras tan solo un año del impeachment de Dilma Rousseff. Sería el impeachment del impeachment.
En ambos casos el presidente del Congreso y aliado de Temer, Rodrigo Maia, asumiría la presidencia interina durante un mes, hasta que se celebren las elecciones indirectas. En otras palabras, serían los diputados que elegirían un nuevo presidente de Brasil, el tercero en menos de tres años. Sobre la eventualidad de convocar elecciones directas y anticipadas, algunos juristas destacan que serían necesario cambiar la constitución.
Los brasileños usan la expresión “a casa caiu”, la casa se ha venido abajo, para describir una situación catastrófica que tiene difícil vuelta atrás. Muchos observadores coinciden en que la casa de Temer ya no tiene solución y que su destitución es solo cuestión de tiempo. Otros señalan que el periódico O Globo, que tradicionalmente ha atacado al expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y a su sucesora Dilma, está detrás de una operación mediática de gran envergadura para acabar con el Gobierno de Temer.
El último terremoto político ha adquirido una magnitud inesperada y está muy lejos de haber acabado. Brasil atraviesa una profunda crisis económica, con más de 13 millones de parados y una grave crisis en la seguridad, que suscitan incertidumbre en los inversores internacionales. Esta coyuntura puede comprometer su futuro inmediato. También es posible que las polémicas reformas neoliberales iniciadas por Temer, como la de la Ley laboral y del sistema de pensiones, quedan en entredicho.
Delante de este panorama sombrío, los brasileños han reaccionado con el sorprendente humor que les caracteriza. Las redes sociales se han llenado en pocas horas de centenares de memes, cada cual más ingenioso. Uno de los más retuiteados muestra a Temer con un palabra de honor, que en portugués se llama “tomara que caia”. Traducido al castellano, sería algo así como “ojalá caiga”.
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