El gobierno de México está trabajando en un plan para hacer frente a posibles deportaciones masivas anunciadas por el presidente electo, Donald Trump.
En una conferencia de prensa el lunes, Eduardo Sánchez, vocero de la presidencia de México, dijo a la prensa que las deportaciones serían parte agenda a discutir con Donald Trump.
"Tendremos que ver cuántas de esas deportaciones corresponden a México", dijo Sánchez después de que, en una entrevista en la CBS, Trump dijera que se enfocará primero en los inmigrantes indocumentados que hayan cometido crímenes, y que podrían ser unos "dos o tres millones de personas".
"Por supuesto esto y otros asuntos serán parte de la agenda que México pondrá sobre la mesa durante las reuniones bilaterales que se celebrarán con el gobierno electo del presidente (electo) Donald Trump".
La canciller Claudia Ruiz Massieu está coordinando los esfuerzos, agregó Sánchez, y planea tener una serie de medidas listas para atender contingencias.
Peña Nieto ha expresado su interés en reunirse con Trump antes de que asuma el cargo el 20 de enero. De celebrarse, sería el segundo encuentro entre ambos, después de una reunión celebrada en agosto que suscitó muchas críticas en el país.
Peña habla por teléfono con Obama
Mientras tanto, el mandatario mexicano habló por teléfono el lunes con el presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre los avances en la relación bilateral entre los dos países, incluido el crecimiento económico, la lucha contra el crimen organizado y la inmigración.
"El presidente de México expresó su reconocimiento al presidente Obama por ser un gran amigo y aliado de México, así como un socio comprometido", según un comunicado.
"Por su parte, el presidente Obama hizo hincapié en lo mucho que Estados Unidos valora y depende de la relación y la colaboración con México".
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