Tal vez suene contradictorio, pero trabajar menos podría ayudar a aumentar la productividad. En serio.
Aunque muchos de nosotros sigamos con la tradición de trabajar por lo menos ocho horas al día, con algunas horas de descanso —si tenemos suerte— un reciente estudio encontró que la productividad es más alta cuando las personas gastan pocas horas trabajando, según investigadores de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), que examinaron la cantidad de horas de trabajo en varios países durante 22 años.
De hecho, un documento sugiere que el nivel de productividad realmente empieza a caer si las personas trabajan más de 48 horas por semana. Datos sobre trabajadores de una planta de municiones en Gran Bretaña durante la Primera Guerra Mundial mostraron que largas horas de trabajo generan fatiga y estrés, síntomas que no solo reducen la productividad, sino que producen accidentes, errores y enfermedades más a menudo.
Cien años después aún estamos enfrentando los mismos problemas. Hoy en día trabajar en exceso se ha vinculado a índices más altos de lesiones, aumento de peso, consumo de alcohol, tabaquismo y, en general, un aumento en el riesgo de mortalidad. Un estudio encontró que largas jornadas laborales podrían causar un 40% más de probabilidades de enfermedades coronarias, en comparación con las personas que trabajan horas estándar.
Reducir nuestras horas de trabajo podría, por tanto, hacer una gran diferencia en nuestra salud y bienestar, permitiéndonos trabajar de manera más eficiente. En Suecia esta teoría está siendo probada con resultados promisorios.
Libres de estrés en Suecia
En el hogar de ancianos de Svartedalen en Gotemburgo, 68 enfermeras trabajarán turnos de seis horas en un periodo de tiempo de 22 meses (PDF) lideradas por investigadores de Pacta Guideline, una firma de consultoría para el sector público de ese país. Las enfermeras han trabajado con esos horarios desde 2015.
Los investigadores monitorear la salud y productividad de las enfermeras y las comparan con un grupo de control que trabaja en instalaciones similares con una intensidad semanal de 38 horas.
La ciudad de Gotemburgo decidió iniciar la prueba en 2014 para aprender lo que podría significar la reducción de los horarios laborales para la economía del país y para el mercado laboral, así como los efectos que esto podría tener en los empleados y, en este caso, en los ancianos que estaban cuidando.
“Las enfermeras de la prueba tienen mejor salud”, dijo Bengt Lorentzon, un investigador del proyecto. “Están mucho más tranquilas y más alerta”.
Luego de 18 meses de trabajo diario de seis horas, el 77% de las enfermeras reportaron buena salud —comparado con el 49% del grupo de control— y los miembros del grupo de prueba han tomado tres veces menos menos días por enfermedad.
Tener buena salud es especialmente importante cuando se trata de labores de cuidado de la salud, dice Lorentzon. Para esas enfermeras su trabajo tiene que ver con alimentar ancianos, llevarlos a dar caminatas y construir relaciones de cuidado. Esto es más efectivo si las enfermeras están allí regularmente y no toman tiempo de descanso por enfermedades o estrés, y si construyen una buena relación con sus clientes, que es especialmente útil cuando se trata de cuidar personas con demencia.
Menos estrés, más productividad
Además de menos enfermedades, las enfermeras que trabajaron menos días han hecho más cosas, según el reporte, proporcionando 80% más de actividades para los ancianos que el grupo de control. Esto incluye actividades como confortarlos, cantarles, bailar y jugar con ellos.
“Esto está vinculado con enfermeras asistentes que se sienten con mejor salud, están más alerta y menos estresadas, y en esa situación, es posible tomar la iniciativa para hacer esas actividades”, explicó Lorentzon.
A pesar de esos beneficios, aún está la pregunta de si esta idea tiene un sentido financiero.
El hogar de ancianos de Svartedalen contrató a 17 enfermeras extra para asegurarse de que las instalaciones estaban adecuadamente provistas de personal durante toda la semana, pues el horario reducido dejó brechas en los tiempos de atención. Hasta el momento, estas pruebas han costado 1,1 millones de dólares, pero según el estudio, la adición de esos 17 empleos al mercado laboral le ha reducido al estado costos de desempleo por 530.000 dólares.
“Es un problema político”, explica Lorentzon. “Hay mucha tensión: algunos partidos políticos están en contra, a otros les gustaría alargar la etapa de pruebas”.
David Spencer, profesor de economía y economía política de la Universidad de Leeds en Reino Unido, subrayó que la prueba en Suecia es pequeña en escala y se enfoca únicamente en un sector particular, pero dice que podría ser replicado en otros sectores.
“Los empleadores pueden oponerse en el corto plazo a reducir los horarios de trabajo, pero podrían empezar a ganar junto a sus trabajadores gracias a la implementación de un horario más corto”, explicó Spencer a través de un correo electrónico. “El grado de implementación de experimentos como estos en otros lugares dependerá de la actitud progresiva de empleadores y de los gobiernos estatales y nacionales”.
Es un tema contencioso y las compañías que han implementado horarios reducidos de trabajo son ciertamente la minoría, pero existen. Los centros Toyota en Gotemburgo redujeron el horario laboral a seis horas hace 14 años y reportaron ganancias más altas y personal más feliz. Algunas compañías de Reino Unido están siguiendo el ejemplo como por ejemplo la compañía Agent Marketing en Liverpool y la empresa de contabilidad Bright Horizon Cloud en Dorset.
Trabajar con ‘afán’
Senshi Digital, una agencia de turismo con sede en Glasgow, Escocia, empezó a experimentar con días laborales de seis horas en marzo luego de que el director de la compañía, Chris Torres, viera un documental de ITV sobre los horarios reducidos. Inspirado, llegó a su oficina unos días después y anunció que empezaría a implementar los nuevos horarios.
“Debieron ver la cara de algunos de los trabajadores. No lo podía creer”, dijo Torres.
“Ellos llegan a las 9:30 a.m. y terminan a las 3:30 p.m. Se les paga el mismo salario que si estuvieran trabajando un día de ocho horas. De hecho, muchos de ellos han tenido aumentos salariales desde que implementamos esa medida”, añade.
Los trabajadores también tienen una pausa de 30 minutos para el almuerzo, pero su día es de lejos más estructurado de lo que solía ser. Trabajan a toda velocidad durante 45 minutos con descansos de cinco minutos y anuncian al principio y al final del día lo que han logrado.
A pesar del tiempo más corto, la productividad ha repuntado. Torres añade que los proyectos que solían ser completados en dos o tres meses, ahora son finalizados en uno o dos.
“Tienes que trabajar un poco más fuerte y estar un poco más concentrado”, dice Torres. “Hay menos charla cuando trabajas de prisa durante 45 minutos… Así que supongo que el estudio no tiene el mismo bullicio que solía tener. Pero al final del día, salimos y tenemos más almuerzos y cenas juntos”.
“Llevo a mi hija al colegio en la mañana, algo que nunca había hecho. (Y después del trabajo), le ayudo a hacer sus tareas, le doy de comer a mi hijo y cuando veo el reloj, hasta ahora son las 5 de la tarde”.
Para Torres y su equipo el horario laboral de seis horas parece haber sido un éxito, aumentando el flujo de dinero y permitiéndole a la compañía tomar más proyectos, pero se trata de una compañía pequeña con 10 empleados, y Torres ha escuchado una gran cantidad de argumentos en contra de ello.
“He escuchado personas diciendo que esto nunca funcionaría en esta industria u otra. Siempre les digo sólo pruébalo”, dice.
Podría ser el momento de hablar con tu jefe.
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