En el idioma 'quechua', el término Tungurahua significa 'garganta de fuego'. Y este es el nombre que recibe uno de los volcanes más famosos del Ecuador, ubicado a unos 120 kilómetros de Quito, la capital. Y le hace justicia: se trata de uno de los más activos del país. Estalló en verano de 2006, en 2008, en 2010, en 2014 y en 2016.
Y está a punto de volver a colapsar, según la británica Universidad de Exeter, cuyo estudio ha demostrado "una rápida deformación del flanco occidental" de la montaña, de unos 5.000 metros de altura.
Según los expertos autores del informe —publicado en la revista 'Earth & Planetary Science Letters'— bajo este área existe una gran cantidad de magma, que podría provocar un estallido que afecte especialmente a esta zona. Y esto podría traducirse en un estallido del ya bastante activo volcán, cuya primera explosión tuvo lugar en 1999. Esta erupción derritió para siempre los restos glaciares ubicados en la cima del Tungurahua, que llegaba a alcanzar en invierno temperaturas de -10 ºC.
Además, las explosiones más recientes han generado nubes de polvo que han afectado a varias provincias del país y que han obligado a la evacuación de varios miles de personas. De volver a estallar, advierten el estudio de la Universidad de Exeter, las poblaciones situadas en el flanco occidental podrían volver a verse afectadas.
El documento también contempla la posibilidad de que este depósito de magma se mantenga estable, aunque dado el historial del Tungurahua, se recomienda mantener la vigilancia constante ante el riesgo de un nuevo colapso.
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