Son 568 kilómetros de frontera, del lado colombiano cerca de 12 municipios y del lado ecuatoriano 14, que viven como pueblos hermanos. Entre los ríos que bañan a la frontera se encuentran el Río Mataje, Río Mira y , Río San Juan.
Su espesa selva, su variada fauna y sus fuentes hidrícas lo presentan como un gran pulmón del mundo, lleno de biodoversidad y riqueza natural que sólo inspira paz y tranquilidad.
Sin embargo, esa paz y tranquilidad están desapareciendo. Se están yendo como agua entre las manos. Los 568 kilómetros de frontera están hoy en riesgo.
Así como es de variada su biodoversidad, también lo son las problemáticas y criminalidad que se han tomado este territorio entre dos países hermanos.
Los recientes hechos noticiosos han dejado al descubierto que el posible abandono de los Estados y la ausencia de la fuerza pública fueron aprovechados, en unos casos por criminales que se adueñaron de los pasos fronterizos y los pusieron a su entera disposición.
Enemigos en la frontera
Sin duda alguna, hoy la principal amenaza de este territorio se llamada disidencias de la Farc. Una facción de quienes no se desmovilizaron en el proceso de paz colombiano tiene en jaque a las autoridades de ambos países.
Los recientes casos, como el crimen de tres periodistas ecuatorianos y el secuestro de otras dos personas en zona de frontera, son la muestra de que estos criminales bajo el mando de alias Guacho, un exguerrillero de las Farc, están fuera de control y no respetan autoridad. Ni los cerca de 10.000 hombres de las fuerzas militares que fueron enviados a zona de frontera han podido corregir esta situación.
Casi a diario cometen atentados, asesinan personas y dejan pueblos del lado colombiano sin energía, pues vuelan sus torres eléctricas.
Del lado de Ecuador atacan a la fuerza pública de ese país con bombas, en el caso más reciente cuatro infantes de marina murieron luego de un ataque terrorista.
Y es que este fenómeno de criminalidad no viene solo, está acompañado de narcotráfico, tráfico de armas, tráfico de material de guerra, presencia de carteles mexicanos de droga y revertimiento de valores de las nuevas generaciones.
Pero además de los graves problemas con las disidencias de las Farc, sobre esta región, atractiva para los narcotraficantes por su salida al mar, por la facilidad para que crezcan hojas de cultivos ilícitos y por donde envían ciento de toneladas de cocaína hacia Centro América, Estados Unidos y Europa se le suman las guerras entre ELN, Clan del Golfo y bandas de delincuencia común por adueñarse de este negocio criminal.
Además la frontera cuenta con otros factores de delincuencia, asociados al tráfico de medicinas, gasolina y mercancías que buscan los mercados colombianos.
Recientemente la Policía Fiscal y Aduanera de Colombia desarticuló una organización criminal, conformada por 34 personas que se dedicaban a la comercialización de medicamentos vencidos comprados en Ecuador y Venezuela, y los venían como nuevos en entidades de salud, se cree que uno de esos fármacos adulterados habría ocasionado la muerte de 16 bebés, en Valledupar, Cesar.
Migración
Otra de las situaciones que ha impactado fuertemente la frontera entre Colombia y Ecuador, es la llegada a diario de buses con ciudadanos venezolanos, que en busca de un mejor futuro atraviesan horas y horas de camino desde el otro costado del país, (frontera Colombia-Venezuela) con el próposito de seguir un camino hacia el sur o en algunos casos se dejan tentar por aquellas estructuras criminales, que a cambio de unos pocos pesos los reclutan.
Hoy los 567 kilómetros de frontera están en los ojos del mundo. Los recientes casos preocupan a la comunidad internacional que ha reclamado acciones más contundentes para evitar que la violencia se adueñe de territorios que lo único que buscan es vivir en paz.
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