Estrasburgo (Francia), 12 dic (EFE). - El líder opositor venezolano Antonio Ledezma explicó en una entrevista a Efe que teme "no poder volver" a su país y que recogerá el premio Sájarov que otorga el Parlamento Europeo en nombre de todos los jóvenes muertos en las manifestaciones contra el régimen de Nicolás Maduro.
"Sí, tengo miedo a no poder volver, pero también tengo muchas esperanzas e ilusiones que no me podrán arrebatar", explicó Ledezma, que este miércoles recibirá el galardón a la Libertad de Conciencia de la Eurocámara a la oposición venezolana acompañado del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, y de los padres del también opositor Leopoldo López.
El exalcalde de Caracas salió el 17 de noviembre de Venezuela, donde se encontraba en arresto domiciliario, un viaje, a través de Colombia, y con destino final España, que no quiere calificar de fuga.
"No huí, me liberé. Lo decidí porque estaba secuestrado", explicó Ledezma, que dijo haber contado con la "ayuda de compañeros" para atravesar "más de 1.200 kilómetros de día, noche y madrugada" y burlar los puestos de control hasta atravesar la frontera.
En Madrid, donde ha recibido desde su llegada el respaldo y solidaridad del Gobierno, dijo encontrarse en trámites para una situación jurídica que dijo "ya se anunciará en su momento".
Preguntado por si cree merecer más el galardón que el ensayista eritreo Dawit Isaak, que lleva encarcelado desde 2001 en su país, Ledezma señaló que aunque sea él uno de los que recoja físicamente el reconocimiento, la lucha premiada es "la de los jóvenes que murieron en las calles por una democracia que no llegaron a conocer".
"Me pregunto, ¿por qué me dan el premio si ya tengo el premio de estar vivo?. Tendría que ser para los jóvenes que murieron solamente por protestar y por ellos voy a tomarlo", afirmó Ledezma sobre la ceremonia del Sájarov este miércoles en Estrasburgo ante los 751 eurodiputados del Europarlamento.
El opositor señaló que la solución para la crisis venezolana pasa por unas elecciones "libres y transparentes", en las que "los ciudadanos no sufran presiones", y con observadores que "no miren desde la distancia" y que "se involucren en la realización de los comicios y en su escrutinio".
Ledezma defendió que Venezuela "es un país viable, con gran talento humano acreditado en todas partes del mundo" con un problema "principalmente, de gerencia".
"Solo con que hubiera un Gobierno que respetase la constitución nacional, por ahí empezaría la reunificación nacional", aseveró.
Preguntado por su balance de las últimas elecciones municipales, el exalcalde de Caracas reiteró que se trató de "uno más de los actos de la cadena de eventos fraudulentos que se vienen perpetrando en el país", unos comicios que dijo "nulos de toda nulidad".
Ledezma también fue crítico con aquellos que aseguran que no existe unidad popular contra el presidente Maduro.
"La unión popular está a favor del cambio. No hay división entre oposición y Gobierno. La inmensa mayoría está a favor del cambio", aseguró.
Sobre su país de "exilio", España, Ledezma negó sentirse "utilizado" por los partidos políticos que muestran preocupación por la situación en su país, y también respondió negativamente a las críticas desde la Izquierda Unitaria europea de que su premio tiene una gran carga política por parte del Partido Popular (PPE) y los liberales europeos (ALDE).
"Yo creo que el amor, con amor se paga. No hay que dejar de tener presente que en los momentos difíciles en España, cuando el franquismo y la guerra civil, legiones de españoles fueron acogidos en mi país", dijo.
Preguntado por si comparte el diagnóstico de Partido Popular y Ciudadanos que España podría convertirse en Venezuela si Podemos llega al Gobierno, Ledezma advirtió que "quién siempre vientos, recoge tormentas" y dijo confiar que "no triunfe el modelo de socialismo del siglo XXI" pues, de lo contrario, España "sufrirá las mismas terribles consecuencias".
Ledezma prefirió no valorar la crisis catalana y el hecho que los exconsejeros en prisión por delitos de rebelión y sedición, entre otros, se autoconsideren "prisioneros políticos".
"No me quiero involucrar (...), cada país tiene sus términos", señaló el venezolano, que sí quiso dejar claro que la oposición venezolana "persigue la unidad del país" y los exmiembros de la Generalitat "planteaban la fractura territorial" del país.
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