Cáncer, alzheimer, artritis, esterilidad, obesidad o diabetes. Cada vez son más los estudios científicos que denuncian los efectos nocivos del plástico sobre la salud. Sin embargo, según datos de Ecologistas en Acción, en Europa se consumen 30 millones de botellas de plástico al día. 100 millones a nivel mundial. "Bebiendo agua embotellada en plástico no sólo se daña el cuerpo y la salud", afirma Klavdija Grm, directora y responsable de marketing de Flaska, la empresa eslovena que ha creado una botella reutilizable de vidrio. Y añade: "Originamos un problema en los océanos, en los vertederos. El plástico es un material que no se degrada de un día para otro".
Aunque cada vez son más marcas la que apuestan por envasar el agua en botellas de cristal -Fontdor, Artesian 22 o Solan de Cabras, entre otras-, lo cierto es que en el pasillo de líquidos de cualquier supermercado, sigue reinando el plástico. ¿Los motivos? Falta de concienciación y marketing. "Estamos dentro de un sistema capitalista y, aquí, lo que sale barato entra rápidamente en el mercado", explica Grm, a la vez que alerta del alto precio de los productos embotellados en este material: "Tenemos en casa agua del grifo. Gratis. No obstante, muchos prefieren comprarla envasada y pagan hasta 270 veces más".
Por eso y porque en la República Eslovaca el consumo de agua del grifo está muy extendido, hace cuatro años, Flaska se instaló en España. "Apostamos por el mercado de las botellas de vidrio reutilizables", asegura la responsable del sello. Para ella, el cristal es la mejor alternativa. Se trata de un material inerte, que no desprende sustancias nocivas al agua y que siempre se puede reciclar -frente al envase de plástico, material que se degrada y nunca vuelve a tener la misma calidad-. Además, "en la mayoría de las casas patrias, el agua del grifo es potable", espeta Grm. En caso de que no lo sea, la directiva sigue apostando por el vidrio. "Dado que el líquido embotellado es muchísimo más caro, lo que se ahorra en envases, se puede invertir en un filtro", recomienda.
En la misma dirección, la de decir no al plástico por sus peligros para la salud y el medio ambiente, a principios del este año, nació Agua enCaja Mejor, la primera marca de agua envasada en cartón de España. "Mientras que una botella de plástico tarda 500 años en descomponerse, al cartón le bastan entre tres y cinco meses", argumenta Ramón Langue, fundador de la iniciativa.
Que el cartón esté fabricado de recursos renovables y el plástico a partir de petróleo o que los recipientes se puedan transportar doblados son otras de las razones por las que Langue inició este proyecto: «Las cajas, al viajar plegadas, utilizan 67 veces menos espacio», detalla el ideador de Agua enCaja Mejor: «Ahorramos en transporte. Un camión nuestro equivale a 67 llenos de botellas de plástico». Y sentencia: «Así reducimos la emisión de C02».
BASURA AL MAR
Cada año, entran al océano entre seis y ocho millones de toneladas de basuras marinas. Se estima que, entre un 80% y 90% de ellas provienen del plástico. Elisa Rojo-Nieto, de Ecologistas en Acción, advierte que este material afecta directamente a los seres vivos. Tanto a nivel físico -desmayo, ahogo- como por la ingestión de sustancias tóxicas propias de los plásticos -Bisfenol A (BPA), ftalatos-. «Un total de 690 especies marinas se han visto afectadas por este material», detalla la experta: «Al final, estos elementos nocivos acaban en nuestro plato».
Según el estudio, la mayoría de los productos emiten estrógenos: un problema de salud que puede ser resuelto, del investigador Chun Z. Yang, una exposición al BPA puede acarrear numerosos problemas de salud. "Puesto que esta sustancia actúa como un disruptor del sistema endocrino, un contacto directo a través de alimentos o líquidos envasados en plásticos puede producir una pubertad temprana en las mujeres, reducir la cantidad de esperma en los hombres, alterar las funciones reproductivas, obesidad o aumentar el riesgo de padecer cáncer de ovarios, próstata o testículos", recoge el informe. Igual ocurre con el PET, también presente en la mayoría de los plásticos y que, tal y como afirma el estudio Tereftalato de polietileno puede acelerar los disruptores endocrinos, a elevadas temperaturas puede afectar al sistema hormonal.
Así, ciudades como San Francisco ya han prohibido la venta de botellas de agua de plástico y Canadá los envases con BPA.
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