Tres días después de las protestas que sacudieron diversas ciudades y pueblos de Cuba y conmocionaron la vida política del país, continúa el apagón informativo por el corte de internet y de los datos móviles, que fueron claves en la convocatoria de las manifestaciones. El miércoles aún era imposible acceder a las redes sociales desde el teléfono, lo que alimentaba la confusión sobre las noticias de posibles incidentes en algunas localidades y en las calles de La Habana, donde la presencia policial sigue siendo muy numerosa.
La avalancha de informaciones desde el exterior, mezcladas con el silencio oficial y las noticias falsas -se llegaron a difundir en Facebook fotos de las revueltas en Egipto como si se tratara de Cuba-, hacían difícil valorar la realidad. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, aseguró el martes que el país se encuentra “en calma y haciendo vida normal”, confió en que los incidentes “no se repetirán” y acusó directamente a Washington de estar detrás de lo ocurrido en la isla el domingo, que calificó de “disturbios a escala muy limitada y no de un estallido social”
La situación en las principales calles de La Habana era el miércoles de tranquilidad. Pero también parecía serlo el lunes y las propias autoridades confirmaron que ese día se produjeron graves incidentes en el barrio de Arroyo de Naranjo, en los que resultó muerto un hombre de 36 años. Según la versión oficial, policías y defensores del Gobierno se enfrentaron allí a un grupo de manifestantes que “en su intento por evadir la actuación, vandalizaron viviendas, incendiaron contenedores y afectaron el tendido eléctrico, al propio tiempo que agredieron con armas blancas, piedras y objetos contundentes a los agentes y civiles en el lugar”. Hubo varios heridos de ambos bandos y un número incierto de detenidos, y del fallecido, llamado Diubis Laurencio Tejeda, solo se dijo que tenía antecedentes penales, sin especificar cuáles fueron las circunstancias de su muerte. El propio comunicado oficial, que no describe las causas de la protesta, muestra una realidad absolutamente inédita en Cuba.
Diversas organizaciones anticastristas y también ONG de defensa de los derechos humanos habitualmente críticas con el Gobierno han difundido imágenes y videos de detenciones, enfrentamientos y episodios de desmedida violencia policial, pero la mayoría no han sido corroborados por la prensa extranjera, ni se sabe cuándo se produjeron. En estos momentos de confusión, es en las redes y en la información donde se libra la batalla y la beligerancia.
El ministro de Relaciones Exteriores Rodríguez aseguró en una conferencia de prensa que Estados Unidos hace un uso “obsceno” de la manipulación de datos y utiliza su “monopolio” de herramientas de alta tecnología para generar “una operación comunicacional de alta envergadura” y de “desinformación” para desacreditar al Gobierno cubano, fomentar el malestar y lograr un cambio de régimen. Sobre el apagón de internet, Rodríguez negó que fuera una política oficial y lo comparó con “las interrupciones de electricidad” y las “dificultades evidentes en alimentación”. “Estos días ha habido falta del fluido eléctrico que repercute también en el funcionamiento de las redes, los nodos, los servidores y las telecomunicaciones”, dijo, señalando que “en un país en que tenemos una situación de falta de medicamentos agudizada, es verdad que faltan datos pero faltan medicamentos también”. El martes también se difundieron noticias sobre que EE UU proporcionaría una aplicación para tener internet gratuito en Cuba, algo que desmintió la embajada estadounidense.
En este ambiente enredado, las imágenes reales que se han ido conociendo poco a poco sobre las protestas de los últimos días, las detenciones y el uso de la fuerza por la policía han tenido notable repercusión entre los cubanos, y prestigiosos artistas y académicos se han manifestado, como el dramaturgo Carlos Celdrán, Premio Nacional de Teatro. “No a los golpes, no a la arbitrariedad, no al maltrato. No puedo seguir viendo lo que veo sin caerme en pedazos. Cada video de represión policial que aparece me deja sin opciones. Sin alternativas. He dado mi vida a Cuba a través del teatro, he luchado y he resistido cosas tremendas, amo lo que junto a tantos artistas hemos levantado contra viento y marea. Pero esto no se puede aceptar”, escribió Celdrán.
En la misma línea se manifestó el músico Leo Brouwer, toda una institución en su país. “Qué dolor, qué tristeza que se llegue al abuso del poder!…Nunca imaginé que las fuerzas del orden en Cuba fuesen a agredir a gente común y pacífica como somos los cubanos. Cuando el cubano protesta, no cabe duda de que la política o mejor dicho, el poder político y militar se ha extralimitado!”, escribió Brouwer de puño y letra en un mensaje colgado en Facebook. Samuel Formell, director de la famosa orquesta Los Van Van, mostro su apoyo a los manifestantes. “Apoyamos a los miles de cubanos que reclaman derechos, debemos ser escuchados, digamos no a la violencia, y al atropello, llamemos a la paz en nuestras calles”.
El Gobierno cubano no admite que las protestas fueran espontáneas, sino parte de un guion escrito por Washington para desestabilizar la isla después de agravar las penurias de la gente con su política de bloqueo económico. Las inscriben dentro del viejo conflicto Cuba-EE UU. “Lo que se dirime hoy es el derecho de un Estado independiente, soberano; de una nación, de un pueblo a ejercer su derecho a la libre determinación, a disfrutar de sus derechos humanos sin intervención extranjera, sin injerencia en sus asuntos internos”, aseguro el martes el canciller.
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