José Luis Román busca entre granos de arena residuos de dientes de roedores prehistóricos. Quiere entender cómo algunas especies consiguieron sobrevivir hace 40.000 años a la Era del Hielo en los Andes, un fenómeno apenas explorado en lo que hoy es Ecuador.
De 43 años, este hombre que viste casi siempre de explorador es uno de los únicos tres paleontólogos que tiene su país.
Curador de la colección de paleontología de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) de Quito, Román va tras de una empresa ambiciosa: descubrir cómo fue el Pleistoceno tardío o Era del Hielo en esta parte de los Andes.
Con paciencia de relojero, remueve el material que recolectó entre 2009 y 2012 en el dormidero de una lechuza gigante bautizada Asio ecuadoriensis, que vivió hace unos 40.000 años y fue descrita para la ciencia este año junto con paleontólogos argentinos.
En el Pleistoceno se produjo una "extinción masiva" de especies. Muchas de las que ahora conocemos sobrevivieron a ese fenómeno, de ahí la importancia que tiene para la ciencia el estudio de este periodo porque da "respuesta a por qué el Ecuador o cualquier región del mundo tiene las especies de flora y fauna actuales", dice a la AFP Román.
La galería donde fue encontrado un tarso de Asio ecuadoriensis, que pudo haber medido hasta 80 centímetros de alto, también contenía restos de roedores silvestres que sirvieron de alimento al ave que vivió en la quebrada Chalán, en la provincia de Chimborazo (sur).
En Chalán, al pie del volcán apagado Tulabug, también se han hallado huesos de mastodontes, perezosos gigantes, felinos dientes de sable, jaguares, lobos, caballos, paleollamas y hasta una musaraña prehistórica.
Los restos de roedores primitivos forman parte de la colección de la EPN, que incluye 7.000 ejemplares catalogados y 2.000 aún por identificar.
"Los Andes es una parte que aún tiene mucho por descubrir", asegura el paleontólogo.
A continuación extractos de la entrevista con Román:
¿Qué datos aportan los roedores sobre la Era del Hielo en los Andes?
Los roedores tanto actuales como fósiles nos dan una clave paleoecológica muy importante. Nosotros hacemos una lista de especies que vamos encontrando y esa lista nos habla de un ecosistema particular porque hay especies que viven en páramo o en la selva tropical o en bosques andinos, solo viven de tal a tal rango de altitud. Entonces, cuando nosotros tenemos una lista de estos animales nos avientan unos datos ecológicos geniales.
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