Investigadores de la Universidad de Stuttgart en Alemania han diseñado una microcámara tan pequeña que puede caber dentro de una jeringa.
Los científicos creen que el nuevo dispositivo se puede utilizar para explorar áreas del cuerpo a las que las cámaras antes no podían acceder, así como dispositivos de vigilancia y máquinas con "visión autónoma."
Los investigadores lograron imprimir en 3D una cámara de tres lentes que, con su carcasa, sólo tiene 0,12 milímetros de ancho, poco más pequeña que un grano de sal.
Los detalles de la investigación fueron publicaron en la revista Nature Photonics.
El equipo cree que la impresión en 3D podría representar el futuro de la fabricación, ya que las técnicas actuales no pueden producir lentes lo suficientemente pequeños para ser utilizados en contextos médicos importantes, como formación de imágenes endoscópica no invasivas.
Dado que la cámara puede caber dentro de una jeringa y puede enfocar a una distancia de 3mm, potencialmente podría ser utilizada para capturar imágenes desde el interior de los órganos o incluso el cerebro.
Nuevo método no invasivo para matar a las células del cáncer.
La cámara puede utilizarse para la vigilancia, ya que se puede integrar en monitores pequeños de seguridad, aviones no tripulados, sistemas de iluminación, o incluso robots.
También permitiría tener cámaras de teléfonos inteligentes de 360 grados que ocupan muy poco espacio.
Y lo más importante, se necesita muy poco esfuerzo para fabricar estas lentes; el equipo de Stuttgart ha diseñado y probado su cámara en unas pocas horas.
Las cámaras microscópicas sin duda plantean preocupaciones sobre la privacidad (hay un riesgo real de que la gente de mal uso a estas cámaras para espionaje), pero también hacen alusión a un mundo donde el tamaño no es un obstáculo para dispositivos inteligentes.
Aunque todavía está pendiente una mayor investigación, el dispositivo presenta algunas posibilidades interesantes.
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