Un estudio hecho por científicos de España y de Estados Unidos encontró que la mejor hora para consumir alimentos y no subir de peso es el medio día pues en ese horario los carbohidratos no producen tanta resistencia para ser procesados.
En el estudio que analizó cómo la grasa humana tiene un ritmo circadiano intrínseco en la sensibilidad de la insulina, publicado en la revista científica FASEB en junio de 2016, los investigadores demostraron "la relevancia que tiene la hora del día en la sensibilidad de la insulina en el tejido adiposo”.
“La grasa corporal tiene horas para la acción de la insulina que es la hormona que metaboliza los carbohidratos y lo que vimos es que a medio día es cuando tenemos mayor sensibilidad a la insulina y por tanto mejor respuesta a la ingesta de carbohidratos”, explicó a CNN en Español la doctora Marta Garaulet, catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia en España y profesora visitante en la Universidad de Harvard, quien es una de las autoras de este estudio.
En la investigación se tomó el tejido adiposo de 18 pacientes con obesidad mórbida que se sometieron a cirugía bariátrica para adelgazar. Durante la operación los investigadores tomaron tejido adiposo de estas personas y lo cultivaron en alrededor de 1.000 placas en las que se probaron diferentes concentraciones de insulina.
El objetivo era saber a qué hora funcionaba mejor la insulina en el tejido adiposo y si este sería capaz de procesar la glucosa.
Los investigadores descubrieron que la grasa tiene un reloj interno y funciona de tal manera que a las 12 del día es cuando la insulina “funciona mejor y es más eficaz”, explicó la doctora Garaulet.
Dormir mejor
En ese mismo estudio se estableció que la falta de sueño también produce aumento de peso pues "las personas que duermen menos o se acuestan más tarde tienen un ritmo estropeado de la acción de la insulina", según explicó la experta.
"En años recientes se ha acumulado evidencia que dice que los trastornos del sueño, incluyendo la insuficiencia del mismo, la baja calidad del sueño y la apnea del sueño son factores de riesgo para el desarrollo y el empeoramiento de la resistencia a la insulina", dice el estudio. “Los trastornos del sueño pueden dar como resultado disminución de sensibilidad a la insulina”, añade.
Horarios de las comidas
En otro estudio que analizó cómo el momento en el que se consume la comida predice el éxito en la pérdida de peso, publicado en 2013 en el International Journal of Obesity , en el que también participó Garaulet, se demostró que las personas que estaban en un régimen alimentario para bajar de peso y tomaban el almuerzo antes de las tres de la tarde, bajaron más rápido de peso que quienes comían la comida principal del día después de esa hora.
Ese estudio se hizo con 420 individuos —hombres y mujeres— que fueron a adelgazar a Murcia, en el sur de España, con dieta mediterránea, según explicó Garaulet.
Los investigadores midieron durante 20 semanas de tratamiento de pérdida de peso y vieron una diferencia entre quienes almorzaban antes y después de las 3 p.m. Estos últimos perdieron menos peso durante el tratamiento —aproximadamente 2,2 kilogramos menos— comiendo la misma cantidad de comida, la misma dieta, haciendo la misma cantidad de actividad física, etcétera.
No se encontraron diferencias en la pérdida de peso dependiendo de la hora del desayuno o de la cena
¿Cuándo es mejor comer dulces?
La recomendación de la investigadora es consumir la mayor cantidad de energía durante el desayuno y el almuerzo. Por la noche “la cena debe ser temprano y con poca energía”, dijo la experta en diálogo con CNN en Español. Por eso antes del medio día es el mejor momento para comer dulces, según la experta.
Desayuno: Consumir al menos tres grupos de alimentos: como carbohidratos, grasas y lácteos. Para una dieta de 2.000 calorías diarias, por ejemplo, se recomienda consumir entre 600 y 700 calorías.
Almuerzo: Aquí se debe tomar el 45% de la cantidad de energía del día y debe ser antes de las 3 p.m. Debe tener proteínas, carbohidratos y muchas verduras. “Verduras sin límite, todas las que se puedan, cuanta más mejor”, explica Garaulet.
Cena: Debe contener verduras, frutas y proteínas, pero en todo caso no más del 30% de las calorías totales del día.
En conclusión se debe ingerir más energía por la mañana y por la tarde y evitar comer mucho en horas de la noche.
“El cuerpo necesita entradas de energía en ciertas horas pero no continuamente. Por eso el ‘picoteo continuo no nos conviene”, dice la investigadora. “Lo importante es no estar comiendo todo el tiempo”.
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