María José Coni, de 22 años, y Marina Menegazzo, de 21, tenían el sueño de salir de su Mendoza natal a conocer Sudamérica con sus mochilas. Pero ese sueño se vio truncado hace unos días en el balneario de Montañita, en Ecuador, donde fueron asesinadas. La muerte de las dos turistas argentinas ha causado conmoción en su país y en toda América Latina.
Los familiares de las víctimas tienen dudas sobre la versión de los hechos ofrecida por las autoridades ecuatorianas y unos peritos argentinos han llegado a Ecuador para investigar el crimen.
El asesinato de las jóvenes ha desatado un amplio debate sobre el acoso que sufren las mujeres y sobre si estas deben viajar "solas".
En las redes se sociales se difundió ampliamente una carta escrita por la paraguaya Guadalupe Acosta en primera persona, que asume la voz de las turistas y que empieza diciendo "Ayer me mataron". "Me negué a que me tocaran y con un palo me reventaron el cráneo. Me metieron una cuchillada y dejaron que muera desangrada", continúa.
Preguntas inútiles
La misiva escrita por esta estudiante de Comunicación cuestiona que algunos hayan responsabilizado a las jóvenes argentinas de su muerte, sembrando dudas sobre las circunstancias de su asesinato y cuestionando que viajaran solas.
"Nadie se preguntó donde estaba el hombre que acabo con mis sueños, mis esperanzas, mi vida. No, más bien empezaron a hacerme preguntas inútiles. ¿Qué ropa tenías? ¿Por qué andabas sola? ¿Cómo una mujer va a viajar sin compañía? Te metiste en un barrio peligroso, ¿Qué esperabas?", dice la carta. "Les dijeron [a mis padres] que seguro que algo hicimos".
Han sido varias las periodistas latinoamericanas las que también han expresado su malestar por algunos comentarios que se han hecho sobre la muerte de las turistas.
Es el caso de la columnista del periódico colombiano El Espectador, Catalina Ruiz Navarro, quien criticó la actitud de algunos medios con respecto a la tragedia.
"Preguntaron [...] que si estaban de fiesta en Montañita (ese vortex de perdición para los jóvenes), que si les gustaba mucho bailar. Sin duda, ellas provocaron su asesinato. Aún peor; querer conocer el mundo fue una provocación para el asesinato", escribió Ruiz en un reciente artículo.
Viajo sola
En los últimos días en Twitter se ha popularizado el hashtag #viajosola entre las cuentas de usuarias de la red social que defienden su derecho y costumbre de viajar solas. Estas también han cuestionado las afirmaciones que sostienen que las turistas argentinas iban "solas", pese a que eran dos, asegurando que no se hubiera enfatizado lo mismo si hubieran sido hombres.
En este sentido, la carta viral de Guadalupe Acosta critica la desigualdad de género.
"Solo muerta entendí que para el mundo [...] morir fue mi culpa. Al ser mujer, se minimiza [el crimen]. Porque claro, yo me lo busqué. Haciendo lo que yo quería encontré mi merecido por no ser sumisa".
Catalina Ruiz Navarro también muestra indignación en su columna de El Espectador ante las limitaciones que sufren las mujeres por esta desigualdad, no solo cuando viajan, sino en su vida diaria: "Pensemos en todas las cosas que las mujeres no podemos hacer, en todos los lugares a donde no podemos ir, ¿les parece que eso es igualdad? La violencia de género, el acoso sexual, los feminicidios y las violaciones construyen barreras imaginarias, delimitan esos lugares a donde las mujeres 'no podemos ir'", afirma.
La autora lamenta que "por seguridad, las mujeres terminan confinadas a los espacios privados, en donde, para mayor horror, también son blanco frecuente de violencia doméstica".
El artículo concluye que "no hay tal cosa como un lugar 'seguro' en donde las mujeres podamos estar o, al menos, no cuando el machismo y la misoginia habitan todos los espacios".
¿Víctimas propiciatorias?
Una de las opiniones más criticadas sobre la muerte de María José y Marina fue la del psiquiatra argentino Hugo Marietán, que calificó a las dos chicas como "víctimas propiciatorias", según la página web BigBang.
Marietán las define como mujeres que asumen "un alto riesgo y de alguna manera forma parte de lo que moviliza el crimen, sin quitarle el peso de la responsabilidad de los agresores".
La periodista Silvina Heguy le respondió en un artículo titulado "#viajosola: todo lo que no podrán ser", publicado en la página web Anfibia.
"Todavía no podemos borrar la idea de que las que viajan solas no juegan con fuego. Que porque viajemos sin compañía -es decir sin un hombre que "nos proteja"- debemos asumir la condición de ser un blanco móvil para cualquiera que crea que puede hacer con las mujeres lo que se le ocurra", escribe.
La presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres de Argentina, Fabiana Tuñez, también rechazó las palabras del psiquiatra Marietán: "Siento terrible dolor de que un psiquiatra no entienda lo que significa ser mujer en una sociedad machista".
Tuñez dijo al portal BigBang News que "las víctimas nunca son responsables de nada, porque estamos hablando de violencia de género".
En su defensa, el psiquiatra Marietán dijo que rechazaba "firmemente" que piensen que él culpabiliza a las víctimas del asesinato.
"Cómo voy a culpar a estas pobres chicas", dijo según BigBang. "Por supuesto que repudio a los asesinos. La intención es prevenir crímenes y que las mujeres tengan el debido cuidado antes de arriesgarse a situaciones que las coloquen en una situación de difícil defensa. Yo me enfoco en la prevención".
El tema de las turistas argentinas suscitó diversos comentarios en Twitter. La usuaria Tania Tagle (@Tania_Tagle) dijo:
"La primera vez que viajé sola tenía 16, lo he hecho muchas veces desde entonces, aun casada. Y no pienso dejar de hacerlo #viajosola".
Lola Pastor Rivera (@LolapastorRive) escribió "Yo también #viajosola y quiero poder hacerlo sin miedo y sin que me criminalicen por ello".
El usuario Felipe Arratia (@farratia) compartió una imagen en la que se leía "Tenemos derecho de ir y tenemos derecho de volver" y escribió "Para que nunca, nunca más ocurra algo parecido al horror de Montañita".
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