Desde hace unas semanas, el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela ha tratado de flexibilizar un poco las sanciones impuestas por Estados Unidos. Esta podría ser una nueva estrategia del mandatario para lograr su cometido.
La administración del presidente estadounidense Joe Biden está instando a Venezuela y a Cuba a rechazar dos buques de guerra iraníes que se cree que transportan armas destinadas a ser transferidas a Caracas, al tiempo que promete que Estados Unidos tomará “medidas apropiadas” para disuadir lo que ve como una “amenaza” para los aliados estadounidenses en el hemisferio occidental.
Las advertencias, algunas públicas y otras privadas, según tres personas que están al tanto de la situación, se producen cuando los barcos han avanzado una distancia significativa a través del océano Atlántico. Un alto funcionario de la administración Biden dijo que se cree que los barcos transportan armas para cumplir con un acuerdo que Irán y Venezuela hicieron hace un año.
Según un informe, Venezuela estaba considerando comprar misiles de Irán. En aquel entonces, los asesores del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, le advirtieron en más de una ocasión para que tomara medidas contra Maduro. Por ahora, la comunidad de inteligencia tiene evidencia de que uno de los barcos, el Makran, lleva botes de ataque rápido y probablemente serán comercializados en Venezuela, según información de un funcionario de Defensa y otra persona familiarizada con la inteligencia otorgada al medio estadounidense “Politico”.
Las imágenes satelitales del Makran de principios de mayo proporcionadas por Maxar Technologies mostraron siete de estos barcos de ataque colocados en su cubierta, pero no estaba claro si esos barcos todavía estaban a bordo cuando el carguero comenzó su viaje.
Por su parte, la Casa Blanca está presionando a Caracas y a La Habana, por medio de los canales diplomáticos, para que no permitan que las embarcaciones entren en sus países, según funcionarios de Defensa que mantuvieron su anonimato y que fueron recopilados por Politico. De igual forma, el gabinete del presidente estadounidense está tratando de convencer a otros gobiernos de la región para que se unan al rechazar esta acción.
Caracas, como una medida desesperada, está tratando de aprovechar la situación para obtener un alivio de las sanciones estadounidenses impuestas por la administración Trump, según dos personas familiarizadas con la situación. Los intermediarios estadounidenses han comunicado a las autoridades venezolanas que permitir que los barcos atraquen allí haría menos probable que Estados Unidos proporcione al país un alivio de las sanciones.
El alto funcionario de la administración agregó que Estados Unidos está tratando de resolver la situación a través de la diplomacia. “Pero para ser claros, Irán vendió armas a Venezuela hace más de un año, lo que creemos fue para poner a prueba la postura de máxima presión de la administración Trump”, dijo el funcionario.
Si Venezuela acepta permitir que los barcos atraquen y se lleve a cabo cualquier acuerdo de armas, sería una muestra de rebeldía hacia Estados Unidos por parte de dos países adversarios que han aumentado su cooperación, ya que ambos enfrentan sanciones estadounidenses.
Los funcionarios estadounidenses han estado monitoreando el progreso de los barcos durante las últimas dos semanas desde el golfo Pérsico, pasando por la costa este de África, alrededor del cabo de Buena Esperanza y ahora en dirección noroeste a través del Atlántico.
Hasta el miércoles por la mañana, los barcos habían completado más de la mitad del viaje desde Irán hasta Venezuela y navegaban hacia el noroeste a más de 1.000 millas de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Esta es la primera vez que la Armada iraní ha dado la vuelta al cabo o ha llegado tan lejos al otro lado del Atlántico.
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