Tienen prioridad para vacunarse contra el coronavirus, pero por ahora prefieren ceder su lugar: a pesar de una epidemia galopante en Estados Unidos, parte del personal de salud, en general favorable a las vacunas, desconfía de las nuevas porque consideran que no han sido lo suficientemente probadas.
"Pienso que me haré vacunar más tarde, pero por ahora, desconfío", dijo a la AFP Yolanda Dodson, de 55 años, enfermera en un hospital del Bronx que en la primavera boreal estuvo en el centro de la batalla mortal contra el virus.
"Los estudios realizados (sobre las vacunas) son prometedores, pero los datos son insuficientes", sostuvo Dodson, que pide sin embargo "reconocer a aquellos que están dispuestos a correr el riesgo".
Diana Torres, enfermera en un hospital de Manhattan donde varios colegas murieron a raíz del virus en la primavera boreal, dijo sospechar particularmente de las vacunas que sean aprobadas de urgencia en diciembre por la agencia federal de medicamentos FDA, a demanda del gobierno saliente de Donald Trump, que trató a la pandemia como una "broma".
Estas vacunas "fueron desarrolladas en menos de un año, y serán validadas por el mismo gobierno y las agencias federales que dejaron que el virus se expandiera como un reguero de pólvora", indicó.
Las primeras vacunas serán como "un experimento a gran escala. No han tenido suficiente tiempo ni gente para estudiar la vacuna... Así que esta vez, cederé mi turno y esperaré a ver qué pasa", resumió.
En su página en Facebook, varios de sus colegas enfermeros expresan reservas similares.
"No, gracias, no soy cobayo de nadie", escribió una de ellas.
Esta desconfianza parece estar bastante extendida entre el personal de la salud, unos 20 millones de personas en Estados Unidos,, según el doctor Marcus Plescia, responsable médico de ASTHO, la asociación estadounidense que reagrupa a los responsables sanitarios de los estados del país.
Estados Unidos sigue liderando el ránking de casos y muertos de Covid-19 en todo el mundo, con más de 273.800 decesos y casi 14 millones de contagios.
"Hay mucha gente que dice 'Voy a hacerme vacunar, pero voy a esperar un poco'", dijo. "Incluso yo me sentiría mejor si supiera que más gente ya lo hizo y todo salió bien", explicó Plescia.
"Esto podría convertirse en un verdadero problema", reconoció, tanto más cuando las nuevas vacunas serán autorizadas según un procedimiento de urgencia que torna casi imposible, legalmente, la imposición de la vacunación al personal hospitalario.
Preocupación oficial
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, señaló el miércoles el peligro de una participación insuficiente en las campañas de vacunación que se anuncian, incluido por parte del personal de salud.
"Está todo ese movimiento anti-vacuna en general, al cual se agrega un escepticismo adicional frente a esta vacuna", declaró Cuomo.
Los sondeos reflejan esta desconfianza: según Gallup un 58% de los estadounidenses dicen estar dispuestos a vacunarse cuando sea posible, un ligero aumento comparado al 50% de septiembre.
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