El líder opositor venezolano Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por una cuarentena de países, ha asegurado que está listo para cualquier cosa, incluso permitir una intervención militar de los Estados Unidos, para apartar a Nicolas Maduro del poder. Sin embargo, prefería soluciones que resultaran en un “el costo social más bajo” para lograr “elecciones libres” que sacarían al país de la peor crisis de su historia reciente.
Preguntado por si aceptaría autorizar una intervención estadounidense por la agencia AFP el viernes, Guaidó contestó que está dispuesto a hacer “todo lo que sea necesario, todo lo que tengamos que hacer, para salvar vidas humanas, para que los niños dejen de morir”. “Haremos lo que sea que tenga el costo social más bajo, lo que genere gobernabilidad y estabilidad para poder responder a la emergencia”.
El enemigo exterior
Maduro está tratando de crear una causa común con parte de la izquierda global, pero no es una cuestión de izquierda o derecha, es una cuestión de humanidad”, Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino de Venezuela.
“Lo que Maduro está haciendo es tratar de tener un enemigo externo, tratando de crear una causa común con parte de la izquierda global, pero no es una cuestión de izquierda o derecha, es una cuestión de humanidad, y haremos todo lo que podamos de manera soberana y autónoma, para lograr el fin de la usurpación [de Nicolas Maduro], un gobierno de transición y unas elecciones libres”.
Guaidó adelantó también este viernes que la oposición venezolana está dispuesta a buscar en las fronteras de su país la ayuda humanitaria que ha dado EE.UU. y Colombia y que el Gobierno de Nicolás Maduro se niega a aceptar en medio de la crisis que ha ocasionado escasez de medicinas y alimentos.
“Si se atreven a seguir bloqueando caminos, a seguir obstaculizando la vida de los venezolanos, entonces todos estos voluntarios iremos a abrir el canal humanitario en su momento”, dijo Guaidó en un acto político celebrado en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en el que anunció que este sábado arrancará la “organización del más noble movimiento”, en alusión a una red de voluntarios que agrupará a personas que deseen trabajar gratuitamente en la distribución de fármacos y comida.
Explicó que este voluntariado surgirá desde cada una de las comunidades de los 335 municipios del país y será otra forma de protesta contra la “dictadura” de Maduro, que niega la existencia de una crisis humanitaria.
“El llamado ha sido abierto, amplio, a todos los sectores: fuerzas armadas, chavismo incluso (pero) a un pueblo organizado no le gana nadie”, advirtió Guaidó, que abogó una vez más por los cerca de 300.000 venezolanos que están en riesgo de muerte debido al deterioro del sistema de salud y el desabastecimiento en Venezuela.
El jueves, varios camiones llegaron al puente Tienditas, una moderna infraestructura que todavía no ha sido inaugurada y que une a Cúcuta (Colombia) con la ciudad venezolana de Ureña, en el estado de Táchira.
Según ha denunciado la oposición venezolana, el puente ha sido bloqueado por militares, pero este viernes el denominado “protector” de Táchira -un cargo paralelo a la Gobernación de ese estado-, Freddy Bernal, ha dicho que los obstáculos en esta infraestructura no son nuevos.
El dirigente oficialista calificó de “show mediático” el acopio de esta ayuda, mientras Maduro siguió negándose a aceptar el ingreso del apoyo al señalar que las donaciones deberían quedarse en Cúcuta, pues, según dijo, esa urbe fronteriza “tiene bastante necesidad” y “pobreza”.
“Toda esa ayuda humanitaria agárrenla y se la dan al pueblo de Cúcuta que tiene bastante necesidad, 70 % de pobreza hay en el Norte de Santander, hay en Cúcuta”, dijo Maduro en una rueda de prensa que ofreció desde el palacio presidencial de Miraflores.
El mandatario insistió en denunciar que Venezuela tiene “dineros bloqueados” por el orden de los 10.000 millones de dólares en varias instituciones financieras del mundo, y que estos recursos servirían para garantizar “ampliamente todo lo que necesita el pueblo”.
Maduro achaca la crisis a las sanciones que Estados Unidos impuso en 2017 a la estatal petrolera PDVSA y a varios funcionarios de Gobierno, pero la escasez de alimentos y medicinas se registra en el país desde hace más de cuatro años.
En la rueda de prensa que el gobernante venezolano ofreció el viernes y que se vio interrumpida por un fallo eléctrico -constantes en el país-, volvió a señalar que elegir una nueva Asamblea Nacional (AN, Parlamento), devolvería la estabilidad al país.
“Este mismo año, eso lo aspiro yo, la posibilidad de hacer elecciones anticipadas para el Parlamento (...) esas son las elecciones que van a ayudar a la estabilidad del país, a la superación de estas perturbaciones que estamos viviendo”, dijo.
La propuesta de elegir una nueva AN este año, en vez de hacerlo en 2020 como corresponde según mandato constitucional, está siendo analizada por la Asamblea Nacional Constituyente, un foro plenipotenciario y señalado de fraudulento que está conformado solo por leales a la revolución bolivariana.
El gobernante venezolano, que asegura constantemente que está en desarrollo un “golpe de Estado” en medio de la crisis política tras la proclamación de Guaidó, también se refirió a la carta que envió al papa Francisco para que medie en el conflicto venezolano y dijo que espera una respuesta “iluminada”.
Asimismo, manifestó que está dispuesto a reunirse con enviados del grupo de contacto internacional impulsado por la Unión Europea (UE) que busca crear las condiciones para que se puedan convocar nuevas elecciones “justas” y “libres” en el país, aunque rechazó “la parcialización, la ideologización” que considera tiene el equipo.
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