Con 2-4 en el marcador, en el minuto 71' del Madrid-Leganés, el asistente encargado de sacar la tableta se acercó hasta la línea de banda y, mientras acaparaba las miradas, no en vano era a él a quien le competía chivar el primer sustituido de los visitantes, levantó los brazos y aparecieron un 10 y un 22 iluminados: Zidane, como en cada uno de los siete partidos en los que James había sido titular en LaLiga este año, cambió al colombiano.
La decisión gustó tan poco a James que ni hizo intento alguno de disimular su enfado. "¡La concha de su madre! No me pone un partido completo!", fue lo que masculló el jugador según desvelaron unas imágenes de Deportes Cuatro. Su cara, tanto o más que la ausencia de saludo con su entrenador, lo decía todo. O no: cuando llegó al banquillo, lo golpeó con la rabia de quien quiere más. Su estadística de minutos puede ayudar a entender lo que sintió en ese arrebato: adelantado en Butarque por Asensio, es el tercero con menos protagonismo de la plantilla, sólo por delante de Mariano y Coentrao.
JAVIER GANDUL (DIARIO AS)
De nada le sirvió ser el autor del primer gol y quien había enviado al área el balón para el 2-4. Zidane le relevó y, además, lo hizo en beneficio de Isco, teóricamente, su rival más directo por ser titular o el primer recambio. En LaLiga, la competición en la que más se evidencia su menguante importancia, sólo ha sido de la partida ocho veces, las mismas en las que ha acabado en el banco. En Leganés, pese a la rotación masiva y el resultado de cara, tampoco consiguió completar el encuentro, lo que debió de molestarle más viniendo de no pisar el césped ante Athletic y Alavés. El curso anterior no fue mucho mejor: en el llamado torneo de la regularidad, desde la llegada del míster francés, salió de inicio en la mitad de los partidos y sólo permaneció en el césped hasta el final en cuatro de ellos.
Ahora toca esperar a ver si la secuencia de otras ocasiones se repite: la línea que separa el descontento y la rajada es tan delgada que James ha tendido a cruzarla con demasiada frecuencia para la paz que Zizou persigue, por lo que a nadie extrañaría que su jugador volviera a provocar otro incendio que tuviera que sofocar. Y el verano, con hasta siete pretendientes esperando por la puerta de atrás del Santiago Bernabéu, se va echando encima...
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