El líder de Al Qaeda sabía que después de lo sucedido sería el hombre más buscado de la Tierra.
El 11 de septiembre de 2001, el grupo terrorista Al Qaeda llevó a cabo los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono, convirtiéndose en el peor ataque terrorista de la historia. Su líder, Osama Bin Laden, sabía que después de ese momento su cabeza tendría un precio tan alto que, probablemente, se convertiría en el hombre más buscado en la Tierra, por lo que realizó una última llamada antes del ataque.
Según 'Infobae', Bin Laden, quien tenía 44 años en ese entonces, había planeado los atentados contra las edificaciones por 15 meses. Aunque su complicidad con los talibanes y pakistaníes lo solían mantener a salvo, sabía que lo que estaba a punto de hacer comprometería su seguridad y la de sus seres queridos.
Por esta razón, el 10 de septiembre, un día antes del ataque, llamó a su madre, Alia Ghanem, quien estaba en Siria.
La llamada fue concisa y casi con un tono de despedida. Le dijo a su madre que tal vez no iba a poder reunirse con ella por un largo tiempo debido a que iba a ocurrir 'algo grande' que, además, lo iba a mantener incomunicado, de acuerdo a 'Newsweek'.
Al día siguiente de esa llamada, 19 hombres de Al Qaeda, hasta ese momento un desconocido grupo de extremistas islámicos, secuestraron tres aviones comerciales y los estrellaron contra las Torres Gemelas, en Nueva York, y el Pentágono, a las afueras de Washington.
Momentos después, Alia Ghanem supo de qué le hablaba su hijo. Posiblemente concluyó que jamás volvería a verlo. Ni vivo, ni muerto. No se sabe con exactitud si Bin Laden y Ghanem volvieron a verse. Por otro lado, 10 años después de los atentados, en los que murieron cerca de 3.000 personas en menos de dos horas, un equipo de Estados Unidos localizó al terrorista, quien se encontraba en Abbottabad (Pakistán), y lo mató, el 2 de mayo de 2011.
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