Mientras la mayoría de países siguen intentando frenar la expansión del coronavirus y evitar posibles rebrotes, China ha visto como un nuevo frente infeccioso se ha abierto al norte de su país, aunque con dimensiones y consecuencias muy diferentes a la actual pandemia, que ya supera los 11,5 millones de infectados y más de medio millón de muertos en todo el mundo.
La nueva amenaza sanitaria que ha obligado a las autoridades chinas a emitir una alerta se corresponde con una enfermedad que despierta los peores recuerdos históricos en lo que a epidemias se refiere, la peste bubónica, una de las enfermedades más temidas de la antigüedad y responsable de la muerte de 50 millones de europeos, africanos y asiáticos en el siglo XIV durante la Peste Negra.
De este modo, las autoridades de la región china de Mongolia Interior han emitido este sábado una alerta sanitaria tras confirmar un caso de peste bubónica y contabilizar otro posible contagio. El contagio confirmado corresponde con un pastor de la ciudad de Bayannur, que se encuentra estable y ha sido puesto en cuarentena, aunque todavía no se han podido esclarecer las condiciones en las que se produjo su contagio, según BBC.
El posible segundo caso de peste bubónica se trata de un menor de 15 años que habría estado en contacto con una marmota cazada por un perro. Las marmotas se consideran el principal vehículo de transmisión de esta enfermedad y han provocado varios brotes en la zona en los últimos años, como el declarado en mayo de 2019 en la vecina Mongolia y en el que murieron 2 personas.
De este modo, la alerta sanitaria emitida por la región china de Mongolia Interior implica la prohibición de la caza y el consumo de carnes de animales, especialmente roedores, que pueden portar pulgas infectadas con la bacteria Yersinia pestis. Esta medida, que incluye la obligación de reportar posibles contagios a las autoridades, estará vigente hasta finales de año, según BBC.
A pesar de los estragos producidos por la Peste Negra en el siglo XIV y sus posteriores rebrotes en el siglo XVIII en Reino Unido y en el XIX en India y China, actualmente existen tratamientos antibióticos contra la peste bubónica que reducen considerablemente su peligrosidad. Fuera de Asia, el último brote de peste bubónica se produjo en Madagascar en 2017, con 300 casos contabilizados y 30 víctimas mortales confirmadas, según The Lancet.
Esta enfermedad, que se manifiesta en un plazo de 1 a 7 días a través de inflamaciones visibles en los ganglios linfáticos, denominados bubas, además de fiebre, debilidad general y náuseas, no supone un nuevo riesgo de epidemia, según asegura a la cadena pública británica el doctor Shanti Kappagoda, experto en enfermedades infecciosas en Standford Health Care.
El doctor Kappagoda ha asegurado a BBC que los medios para prevenir y tratar la peste han avanzado considerablemente respecto a la Edad Media y ha destacado que, en caso de no recibir tratamiento, la tasa de mortalidad de este tipo de peste oscila entre el 30% y el 60%.
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