El beso es quizá una de las muestras de afecto más universales. De hecho, existe en prácticamente todas las culturas. La duración del acto de besar varía desde tan solo un roce hasta varios segundos. En muchos países de Europa, la gente intercambia un beso en cada mejilla, mientras que en América es más común dar un solo beso. El beso en los labios, en cambio, se reserva normalmente para las relaciones más íntimas (y no hay duda de por qué).
En un beso íntimo de diez segundos se pueden transferir unos ochenta millones de bacterias. Aunque esto puede ayudar a algunas parejas de larga duración a diversificar sus bacterias bucales (incrementando su resistencia a otros microorganismos), el intercambio de saliva a menudo transfiere enfermedades.
Por desgracia, nadie está exento de los riesgos que entraña un beso. Aunque las parejas de larga duración tienen menos posibilidades, cualquiera puede contraer una enfermedad de este modo. HealhGrove ha empleado datos de la Organización Mundial de la Salud y del Centro para el Control de Enfermedades para mostrarnos nueve enfermedades que se transmiten a través de la saliva.
Veamos por qué quizá deberías tener más cuidado con a quién le das un beso.
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