Una ciudad del noreste de China utilizó por primera vez un robot capaz de llevar a cabo las pruebas para la detección de COVID-19 en pacientes sospechosos en aquel país como parte de una campaña de detección masiva tras registrarse algunos casos.
Se trata de un brazo articulado, instalado en un jardín de infantes de Shenyang, capital de la provincia de Liaoning, el cual es controlado de forma remota por un operador, que raspa delicadamente la garganta de los pacientes con un hisopo, haciendo gala de una alta precisión de movimientos.
¿Cómo realiza el robot las pruebas de COVID-19?
Tras escanear documento de identidad, los pacientes se sientan frente al dispositivo, y una voz femenina pregrabada les pide con cortesía que abran la boca.
El robot dirige el hisopo hacia la garganta del paciente, mientras un operador cubierto por un traje de protección completo controla toda la operación de manera remota a través de una cámara instalada en el brazo robótico articulado y una pantalla de control.
La principal ventaja de este robot es que permite reducir el riesgo de contagio del personal sanitario.
Los robots son cada vez más comunes y populares en China, en el sector industrial y para tareas cotidianas, como entregar comidas o portar equipajes.
COVID-19 en China
China ha logrado en gran medida contener la pandemia de COVID-19 en su territorio desde la primavera boreal de 2020. No obstante, ha tenido que enfrentar pequeños focos, de apenas decenas de personas durante algunas semanas.
Las autoridades reaccionan dinámicamente, imponiendo confinamientos y restricciones de viajes, o campañas masivas de detección del virus desarrolladas en pocos días sobre decenas de millones de personas.
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