Las acciones contra Nicolás Maduro en el mundo se suceden en cadena. Sanciones económicas a distintos funcionarios chavistas, congelación de cuentas... Pero hasta ahora no se había tocado a la considerada 'gallina de los huevos de oro' de Venezuela: PDVSA, la estatal petrolera, el principal ingreso en dólares que tiene el Ejecutivo. Hasta el lunes. Las consecuencias en el país podrían verse casi de inmediato, con más desabastecimiento.
La orden ejecutiva firmada desde Estados Unidos incluye al Gobierno de Venezuela, a cualquier subdivisión política o agencia, al Banco Central de Venezuela y a cualquier persona que actúe en representación directa o indirecta de Maduro. No se podrán exportar o reexportar diluyentes, venta de deuda relacionada con PDVSA o compra o inversión en la petrolera; no se permite la venta o reventa de productos refinados; vender o transferir deuda, acciones, participación y otras propiedades de los sancionados; tampoco exportar bienes, servicios, tecnologías por parte de estadounidenses —aunque no estén en EEUU—, a PDVSA o entidades propiedad de esta, con la excepción temporal de Citgo, refinería filial de PDVSA en Estados Unidos. La aplicación de todo esto es inmediata.
“Es una de las sanciones con mayor alcance que ha ingeniado EEUU en toda su historia como país. Implica el bloqueo de todos los activos en todo el territorio de Estados Unidos. Pero entra mucho más de lo que pensaría uno en primera instancia: cuentas por pagar de PDVSA, cuentas de proveedores no norteamericanos que pasan por el sistema financiero de EEUU, congelamiento de todas las cuentas”, explica Guillermo Arcay, economista.
Además, explica Arcay, otorga facilidades a todas las empresas que tengan contratos con PDVSA para deshacerse de ellos. “Al entrar estas sanciones, toda la deuda de PDVSA es tóxica y deja de ser transada [operada] en el sistema estadounidense. El único modo de vender estos bonos es que sea alguien no solo no estadounidense, sino que no transe en EEUU. Por eso han bajado tanto los bonos de PDVSA en la última hora. Se ha destruido una gran parte de la demanda que tenían esos papeles, y si lo logras vender, es a un precio muy bajo. Aunque aún siguen siendo transables”, matiza.
Lo crucial es el contexto de las sanciones. Hasta el lunes, los tres principales socios comerciales de Venezuela eran China, Rusia y EEUU. “El único que generaba caja era Estados Unidos. La deuda con los otros dos es tan significativa que ni siquiera cubría el servicio de deuda planificado”, dice Arcay. Venezuela estaba redirigiendo barriles a Estados Unidos para “sobrevivir económicamente con algo de flujo de caja”.
Ahora, ese flujo desaparece. Y es algo con carácter retroactivo, en cierto modo. “El crudo se vende a tres meses. Todo lo que se vendió en noviembre no se va a cobrar ahora, e irá a un fideicomiso generador de intereses con el propósito de darlo a una futura Administración en caso de transición”, dice Arcay.
China y Rusia, ¿una alternativa?
Eso son 3.000 millones de dólares que ya no entrarán en las arcas del Estado. Se calcula que el ingreso que recibe el país por venta de petróleo a Estados Unidos es de 12.000 millones de dólares al año. Cerca del 80% del dinero disponible en divisas del país provenía de esas transacciones, según datos de Ecoanalítica. “Habrá impacto en términos de abastecimiento, colocación de producto, transporte, movilidad. Puede afectar a la gasolina [por la falta de diluyentes] y también a la electricidad. Puede profundizar la crisis eléctrica porque una parte de la red necesita combustible”, explica Asdrúbal Oliveros, economista.
La escasez de productos de primera necesidad —arroz, harina de trigo y de maíz o productos de higiene— ha sido una constante en la última década en Venezuela. Pero desde 2014 en adelante, con la caída de los precios del petróleo, la situación ha empeorado. Esto también influye en el material médico. La escasez de material y medicinas está en torno al 85%, según la Federación Farmacéutica de Venezuela.
¿Pueden buscarse nuevos compradores de petróleo? Oliveros dice que se podría, pero el problema es el tema de la exportación. “No es una mercancía como ropa o un ordenador. Tiene adecuaciones químicas, de almacenamiento. Hay un reacomodo que no se da de inmediato".
“El impacto sobre las exportaciones a Norteamérica pienso que será prácticamente total. Pero lo grave es que es la porción que genera caja más expedita y no asociada a ningún convenio de suministro ni pago de deuda, como es el caso de la casi otra mitad: China. Paga por nuestro petróleo, pero el provento está vinculado al pago de la deuda y a Venezuela le queda el excedente. Ese excedente es nulo en estos momentos”, explica la economista Tamara Herrera.
¿Pueden acudir Rusia y China al rescate? Para Oliveros, es una opción no descartable: “Tiene que ver con la visión geopolítica y de intereses que tengan estos dos países. Aunque en todo este tiempo han sido muy prudentes”.
Herrera dice que puede que China flexibilice más los pagos de deuda temporalmente para compensar parcialmente el problema. “Pero no creo que haya suministro de dinero. Ni de China ni, menos aún, de Rusia. Me refiero a cantidades relevantes. Una cosa es el apoyo geopolítico y otra que provean fondos para reflotarla o mantenerla. Rusia no tiene el dinero y China sí, pero ninguno de los dos va a poner dinero bueno detrás de dinero malo”.
De no acudir al rescate, se acelerará la caída de caja y la caída de hace años de la producción de petróleo en el país. “Si no hay un acuerdo político pronto, se acelerará dramáticamente el desmoronamiento que hemos estado viviendo en todos los órdenes de la vida, durante estos últimos años”, apunta Herrera.
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