El oso de 31 años murió muy lejos de su hábitat natural y en medio de una gran polémica por su encierro y por las condiciones en que vivía.
“El animal falleció por un desbalance hemodinámico, lo que desencadenó en una descompensación multisistémica”, reveló el gobierno de Mendoza a través de su página web.
‘Arturo’ llegó al zoológico cuando tenía ocho años, en 1993, y pasó 20 años en cautiverio. A partir de ese momento el animal comenzó a tener graves problemas de salud. Fue entonces cuando asociaciones ambientalistas y defensoras de los derechos animales comenzaron a movilizarse por la salud del oso polar.
Las agrupaciones intentaron mudarlo del Zoo de Mendoza al Parque Zoológico Assiniboine de Canadá. Incluso una solicitud virtual para realizar el traslado recolectó más de 420.000 firmas en todo el mundo.
La situación llegó a ámbitos internacionales. Un diario británico publicó una nota sobre la situación del oso ‘Arturo’ bajo el titular de “El animal más triste del mundo”. El artículo, que fue replicado por otros medios internacionales, hacía referencia a unas “trágicas fotos muestran la difícil situación de los osos polares frente al calor 40 grados” en el zoológico de Mendoza.
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