Bruselas, 22 jul (EFE).- La Unión Europea (UE) instó este viernes al nuevo Gobierno de Sri Lanka a respetar la libertad de expresión y los derechos individuales tras la “violencia innecesaria” contra manifestantes pacíficos durante la crisis política que vive el país.
“A la luz de los informes sobre la violencia innecesaria contra los manifestantes, la UE subraya la importancia del derecho a la libertad de reunión y asociación pacíficas y condena el uso injustificado de la fuerza contra manifestantes pacíficos”, indicó el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en una declaración en nombre de los Veintisiete.
El recién investido presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, nombró hoy un nuevo primer ministro y completó la formación de un Gabinete continuista al del depuesto Gotabaya Rajapaksa, mientras las autoridades desalojaron a los manifestantes de la Secretaría Presidencial entre quejas.
“Tras la rápida actuación del Parlamento de Sri Lanka para elegir a Ranil Wickremesinghe como nuevo presidente del país tras la dimisión del presidente Rajapaksa, la UE subraya la necesidad de defender la libertad de opinión y de expresión y los derechos individuales de los ciudadanos de Sri Lanka en el proceso de una transición democrática, pacífica y ordenada”, declaró Borrell.
Según el jefe de la diplomacia comunitaria, la “urgencia” de la situación interna exige “el rápido establecimiento y la aplicación de un plan estructurado de reformas para devolver la economía del país a una senda sostenible”.
Así, consideró “esencial” salvaguardar los derechos humanos y el Estado de derecho y promover los esfuerzos de reconciliación.
El alto representante recordó que a lo largo de los años la UE y sus Estados miembros han proporcionado más de 1.000 millones de euros de ayuda al pueblo de Sri Lanka, y que la concesión en 2017 de preferencias arancelarias al país ha sido esencial para su desarrollo económico.
“La UE espera que el nuevo Gobierno trabaje en pleno cumplimiento de sus compromisos del SPG+”, el sistema de preferencias generalizadas que exige al país beneficiario cumplir convenciones internacionales sobre derechos humanos y laborales, medioambiente y buena gobernanza.
En ese contexto, Borrell recordó que los programas de cooperación actuales y futuros (que prevén 70 millones de euros para el país) se están “ajustando a las necesidades más acuciantes de Sri Lanka”.
Además de suministrar medicamentos a través del Mecanismo Conjunto de Protección Civil de la Unión, los Estados miembros y la UE están siguiendo de cerca la seguridad alimentaria en la isla para financiar acciones dirigidas a las comunidades más vulnerables, concluyó.
Sri Lanka sufre desde hace meses escasez de medicamentos, alimentos y combustible, provocada en parte por el gran endeudamiento, erradas políticas gubernamentales, y el impacto de los atentados de Pascua y la pandemia en el turismo.
El pasado abril, la nación entró en impago de su deuda exterior y el nuevo Gobierno debe retomar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un programa de rescate urgente.
La crisis económica dio lugar a protestas por toda la isla desde finales de marzo, cuando miles de personas comenzaron a salir a las calles para pedir la dimisión de Rajapaksa, y que el pasado 9 de julio culminaron en la irrupción de las residencias oficiales de Rajapaksa y de Wickremesinghe, obligando al presidente a abandonar su cargo y el país.
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