El ojo seco es un término utilizado para hacer referencia a anormalidades de la película lagrimal que recubre la superficie del ojo, protege los tejidos y mantiene una buena visión. Ojo seco no significa necesariamente que estén "secos" (de hecho, muchas personas diagnosticadas presentan lagrimeo y, por lo general, este lagrimeo se debe a una mala calidad de la lágrima).
Se trata de un problema muy frecuente (alrededor del 30% de las personas que acuden a una consulta oftalmológica). Los pacientes con ojo seco pueden tener síntomas que, en muchas ocasiones, hacen pensar en otra patología, por eso es importante hacer un buen diagnóstico antes de pautar un tratamiento.
Por lo general, los síntomas más frecuentes son sensación de arenilla, lagrimeo, visión borrosa fluctuante, escozor de ojos, sensibilidad a la luz (fotofobia), cansancio ocular al leer, ver la TV, utilizar ordenador o conducir, intolerancia a lentes de contacto, pesadez de los párpados y, en algunos casos, dolor ocular.
Existen muchas causas y factores de riesgo para padecer ojo seco. Algunas de ellas son la edad avanzada, menopausia, factores ambientales, mala alimentación, efectos secundarios de medicamentos o utilización de lentes de contacto.
Por ello, “es importante realizar un correcto diagnóstico para poder establecer un tratamiento apropiado e individualizado en cada paciente. La estrategia de tratamiento debe controlar los factores agravantes e incluir medidas ambientales, hidratar y restaurar la superficie ocular e inhibir la inflamación ocular”, asegura el Dr. Guarnieri, oftalmólogo de la Clínica Universidad de Navarra. Para el diagnóstico del ojo seco, los oftalmólogos utilizan pruebas de laboratorio que objetivan los componentes de la lágrima y el daño celular provocado por el déficit lagrimal.
Así, dependiendo de cada caso, ofrecen una serie de recomendaciones que mejoran los síntomas, como modificaciones ambientales y alimentarias, eliminación o cambio de la medicación sistémica, uso de lágrimas artificiales, agentes anti inflamatorios, gafas con cámara de humedad, sustancias biológicas y, en algunos casos, cirugía.
En el Departamento de Oftalmología de la Clínica Universidad de Navarra existe una Unidad de Superficie Ocular encargada del estudio de paciente con ojo seco mediante los últimos avances diagnósticos (queratografía, osmolarimetría, citología de impresión, test de aclaramiento, tinciones vitales de la superficie ocular, etc...) y terapéuticos (fórmulas magistrales, suero autólogo y derivados hemáticos, etc). Está sustentado por una línea de investigación específica junto con el Área de Terapia Celular, a través de la realización de ensayos clínicos.
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