El 30 de agosto de 2010, el país fue estremecido por la desaparición de dos hermanos, de 4 y 9 años, en la parroquia Guayllabamba, al norte de Quito. Horas después, sus cuerpos fueron encontrados dentro de sacos de yute en una quebrada del barrio Chaquibamba.
El informe forense reveló que ambos presentaban huellas de haber sido golpeados, y que la niña, de 9 años, había sido víctima de agresión sexual.
La Fiscalía General del Estado recopiló durante el proceso testimonios, peritajes y pruebas materiales que permitieron sustentar la acusación contra Luis Alonso C. Q., quien fue declarado autor directo del crimen.
Perfiles y pruebas que revelaron el crimen
Uno de los elementos decisivos fue el perfil criminológico practicado por un perito especializado, quien concluyó que el procesado reúne las características de un “violador furioso”: una persona sin remordimiento ni culpa, con escaso control de impulsos y capaz de fingir emociones.
El perito sostuvo ante el Tribunal que el acusado planificó el acercamiento a los niños, ofreciéndoles regalos y frutas, para ganarse su confianza y luego ejecutar el crimen.
Asimismo, la Fiscalía presentó una autopsia psicológica realizada a las víctimas, que corroboró el comportamiento premeditado y depredador del agresor.
Durante la audiencia, la Fiscal del caso detalló que el lugar del hallazgo de los cuerpos estaba cerca de la vivienda del sentenciado, donde además se encontraron binchas de cabello que pertenecían a la niña.
Testimonios clave
El tío político de los menores aportó un testimonio crucial: declaró que, horas antes del hallazgo, vio a Luis Alonso C. Q. salir de la quebrada con la ropa cubierta de lodo.La madre de las víctimas también compareció ante el Tribunal y relató los últimos momentos en que vio a sus hijos con vida.
Con estos testimonios y los elementos técnicos, la Fiscalía logró establecer la responsabilidad penal del acusado, reconstruyendo los hechos que condujeron a la muerte de los pequeños.
Sentencia y tipificación legal
El Tribunal de Garantías Penales de Pichincha declaró a Luis Alonso C. Q. culpable del delito de asesinato, previsto en el artículo 450, numerales 1, 4 y 9 del Código Penal vigente al momento de los hechos (2010).
La condena impuesta fue de 25 años de prisión, además de la obligación de reparar integralmente a los familiares de las víctimas.
La sentencia reconoce la concurrencia de agravantes, entre ellas el ensañamiento, la minoría de edad de las víctimas y la violencia sexual ejercida contra la niña.
Un crimen que estremeció a Guayllabamba
El caso de los hermanos de Guayllabamba conmocionó a la comunidad por la brutalidad del ataque y el grado de planificación demostrado por el agresor. La Fiscalía General del Estado recalcó que esta sentencia es el resultado de un trabajo de más de una década de investigación, sustentado en pruebas periciales, testimonios y reconstrucción técnica de los hechos.






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