Durante un operativo realizado en el parque La Carolina, en el norte de Quito, la Agencia Metropolitana de control (AMC) y la Secretaría de Salud del Municipio de Quito realizaron un análisis de laboratorio en 29 productos alimenticios retenidos a comerciantes autónomos sin permisos municipales y que inobservaban los mínimos cuidados sanitarios. Los resultados de las pruebas revelaron que el 66% de las muestras recogidas contenían microorganismos como coliformes fecales, salmonela, moho, entre otros.
Estos resultados evidencian condiciones deficientes de higiene durante la preparación, manipulación y almacenamiento de los alimentos, lo cual representa un riesgo grave para la salud pública.
Consecuencias del consumo de estos alimentos
Las consecuencias pueden incluir desde problemas estomacales y de digestión hasta enfermedades más serias como tifoidea, e incluso, en casos extremos, la hospitalización si la infección se propaga al torrente sanguíneo.
Entre los alimentos que se encontraron en mal estado se incluyen carnes de res, pollo y cerdo tanto crudascomo cocidas, mayonesa, embutidos, donas y chaulafán.
Una de las formas de prevenir situaciones similares es que los comerciantes autónomos que operan en las calles de la capital se regularicen mediante la obtención del Permiso Único de Comercio Autónomo (PUCA). Este proceso no solo regulariza su actividad económica, sino que también asegura que recibirán capacitación en manipulación de alimentos y en buenas prácticas sanitarias. Además, incluye un seguimiento posterior, así como acceso a cursos y asesoría gratuita por parte de la Secretaría de Salud.
La AMC tiene previsto continuar con labores de control de este tipo, incluyendo verificación de fechas de caducidad y procedencia de la mercadería, en todos los tipos de alimentos que se comercializan en la ciudad, como parte de su compromiso con la salud y el bienestar de los habitantes de la ciudad.
Venta de productos adulterados en la calle
La Agencia Metropolitana de Control (AMC), durante un operativo realizado al norte de la ciudad, constató que los productos ofrecidos por un comerciante autónomo no regularizado, específicamente latas de atún y sardinas, no cumplían con los estándares de calidad y seguridad necesarios para su comercialización.
La AMC retiró al vendedor del lugar y retuvo un total de 152 latas de atún y 33 latas de sardina en las que se borraron las fechas de caducidad para engañar al consumidor. Estos productos fueron trasladados a una bodega con el objetivo de salvaguardar la salud de los ciudadanos y garantizar el cumplimiento de las normativas vigentes.
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